Nochebuena a sangre fría
Asesinados a tiros tres generaciones de una misma familia en una propiedad rural de Seattle.- Hay dos detenidos aunque la policía aún no tiene un móvil
En un crimen que recuerda trágicamente el reportaje novelado A sangre fría, de Truman Capote, tres generaciones de una misma familia, seis personas, entre ellas dos niños pequeños, fueron asesinadas a tiros en la tarde del día de Nochebuena en Carnation, a unos 33 kilómetros de Seattle, en el estado de Washington. La policía ha detenido a dos personas, un hombre y una mujer de alrededor de 30 años, conocidos de las víctimas, e investiga el caso, pero no tiene aún un móvil del crimen.
Al ir a entregar un envío, un cartero encontró ayer por la mañana (tarde en España), los cuerpos de los seis miembros de una familia, cuyos nombres no se han facilitado, en distintas habitaciones de la casa. Eran dos niños, de 3 y 6 años, una pareja de unos 30 y otra de alrededor de 50, identificados por Reuters como Wayne y Judy Anderson. Tres generaciones que habían sido asesinadas el lunes, día de Nochebuena, según la policía.
Ayer, pocas horas después que la policía, se presentaron en el lugar del crimen dos personas, los dos sospechosos detenidos. Eran la hija del propietario de la finca en la que se encontraba la casa donde se habían hallado los cuerpos y su novio, ambos de unos 30 años, según informa The New York Times. No se sabe qué condujo a la policía a detener a estas dos personas, de las que por ahora sólo se sabe que conocían a la familia asesinada.
"No tenemos un móvil como tal, pero los sospechosos eran conocidos de las víctimas", ha declarado John Urquhart, portavoz de la oficina del Sheriff del Condado de King, donde ha ocurrido el crimen. Según Urquhart, los sospechosos podrían vivir también en la finca, en la que hay una casa y una caravana. "No sabemos qué les trajo" al lugar del crimen dos días después, pero "no venían a dormir", sostiene la policía.
Según las distintas versiones de los medios estadounidenses que recogen declaraci8ones de vecinos de las víctimas, todo parece indicar que los dos asesinados de mayor edad, Wayne y Judy Anderson, de 60 y 61 años, son los propietarios de la casa. Él era ingeniero de la empresa Boeing y ella empleada de correos, compañera de trabajo del cartero que encontró los cuerpos.
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