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Reportaje:

Los frágiles límites del Caribe

Un reciente fallo de la Corte Internacional de Justicia reaviva las luchas territoriales que Nicaragua mantiene con Colombia y algunos de sus vecinos

Como si los límites se hubieran trazado con una tiza sobre el cálido mar Caribe, un vaivén de demandas territoriales está anegando las relaciones entre los Gobiernos de la zona. Amenazas, triunfos, pretensiones nacionalistas y millonarios juicios en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) contribuyen a alterar una región que, al mismo tiempo, habla de integración.

Las disputas volvieron a encenderse la pasada semana, cuando el alto tribunal de La Haya ratificó la soberanía colombiana sobre el archipiélago de San Andrés y abrió al puerta para fijar mediante un litigio el límite entre Colombia y Nicaragua. El meridiano 82 ya no es la frontera.

La que sí carece de límites es la creatividad caribeña, que permitió a Bogotá y a Managua, de pocos guiños en los últimos meses, celebrar como un rotundo triunfo la resolución de la corte.

El colombiano Álvaro Uribe celebró la unción de su propiedad sobre las turísticas islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, mientras el nicaragüense Daniel Ortega minimizó ese punto y puso el título de "triunfo nacional" a la posibilidad de que La Haya resuelva en un futuro cercano una disputa limítrofe en una zona de posibles yacimientos petroleros.

Casi todo el rompecabezas territorial en el oeste del mar Caribe se debe recomponer en Holanda, ya que Honduras también espera que la CIJ resuelva un conflicto con Nicaragua, lo que ayudaría a establecer la frontera marina definitiva con Costa Rica, contraparte nicaragüense de otro juicio por derechos de navegación sobre el caribeño río San Juan. Cada resolución —y cada mes de espera— adquiere en esta región un significado político de especial acento, dado el verbo conflictivo de Ortega en su país y en el exterior.

"Quedó fuera de juego la posibilidad de una solución no jurídica, que a Ortega hubiera resultado cómoda para movilizar el sentimiento patriótico y aliviar el conflicto interno que vive", comenta el politólogo nicaragüense Alberto Cortés, en alusión a la crisis política interna alrededor de los Consejos de Poder Ciudadano (CPC) que supuestamente dirige la primera dama del país, Rosario Murillo. Ganamos pelea por frontera maritima, titulaba El Nuevo Diario, periódico independiente de tendencia sandinista, mientras el opositor La Prensa publicó las palabras del canciller, Samuel Santos: "El meridiano 82 desapareció totalmente (...). A partir de ahora, Nicaragua puede expandir sus fronteras", aseguraba el ministro de Exteriores.

El meridiano 82 fue el que se fijó como frontera marítima con Colombia en 1928, cuando Nicaragua estaba ocupada por Estados Unidos, razón por la que más tarde este país declaró nulo el acuerdo.

Una fase posterior del litigio internacional definirá si las tres islas colombianas quedarán como un enclave dentro del mar patrimonial nicaragüense, o si los 50.000 kilómetros cuadrados alrededor y varios cayos se mantendrán bajo el control colombiano, como ha sido durante el último siglo.

No ha cesado tampoco la controversia entre Nicaragua y Colombia, dos países separados en tierra firme por Costa Rica y Panamá. Ortega, el más fiel aliado del presidente venezolano, Hugo Chávez, en su cruzada bolivariana, parece disfrutar agriando más la disputa diplomática entre Uribe y el régimen de Caracas sobre la suspendida mediación de Chávez en la negociación con la guerrilla colombiana. "Querido hermano" fue la frase que usó el jueves el mandatario sandinista para referirse a Manuel Marulanda, creador de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). La protesta colombiana no se hizo esperar y recordó un principio delicado en América Latina: el de la "no intervención".

Nicaragua, parte en dos de los tres casos latinoamericanos que estudia la CIJ, se ha quejado del alto coste económico de los procesos en La Haya, pero deposita en ella su esperanza de reivindicar territorios adyacentes y mantenerse en las portadas de los diarios de la región con fotos como una publicada en octubre pasado, en la que Ortega abrazaba a su homólogo hondureño, Manuel Zelaya, cuando la Corte resolvió a favor de Honduras una lucha por la soberanía sobre cuatro islas en el Caribe, al tiempo que otorgaba a Nicaragua control sobre 130.000 kilómetros cuadrados aledaños.

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