Bajo sombras de espadas
Desde que comenzara este año Al Qaeda cuenta con una extensión regional en el Magreb, establecida a partir del Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC), hasta poco antes afiliado con aquella estructura terrorista, cuya agenda inicialmente argelina se fue internacionalizando y terminó a la postre por coincidir con la del movimiento de la yihad global en su conjunto.
Después de que, el 11 de septiembre de 2006, Ayman al Zawahiri anunciase la unión del GSPC con Al Qaeda, los dirigentes del primero decidieron, el pasado 24 de enero, cambiar su previa denominación por la de Al Qaeda en el Magreb Islámico, no sin la autorización expresa de Osama bin Laden. Apenas transcurrido un mes, este último aparecería en un vídeo difundido por la nueva entidad yihadista panmagrebí diciendo, inmediatamente antes de que su emir instase a la implicación de los jóvenes musulmanes en lo que describía como la batalla definitiva contra los infieles, que la religión no se levanta sino "bajo sombras de espadas".
Y precisamente así, "sombras de espadas", es como, de manera harto elocuente, se titula una serie de filmes que Al Qaeda en el Magreb Islámico viene difundiendo a través de Internet. Grabaciones en las cuales queda de manifiesto la medida en que esta organización terrorista, inspirada en una lectura fundamentalista y a la vez belicosa del credo islámico, pretende incidir sobre las sociedades norteafricanas y quebrar los regímenes existentes en la región con el propósito de establecer un nuevo dominio yihadista sobre la misma. Eso sí, como contribución declarada al objetivo último del califato panislámico que ambicionan Al Qaeda y los demás actores que constituyen la urdimbre del actual terrorismo global.
Sin embargo, lo cierto es que Al Qaeda en el Magreb Islámico continúa desarrollando sus actos de terrorismo en los confines de Argelia y sus blancos preferentes, aunque no exclusivos, han venido siendo instituciones estatales o agencias argelinas de seguridad nacional.
Es posible que esta circunstancia revele las limitaciones que Al Qaeda en el Magreb Islámico encuentra para trascender el ámbito argelino. Pero sería imprudente minimizar el potencial amalgamador que tiene sobre células y grupúsculos yihadistas en otros lugares de la región e incluso en suelo europeo. Por otra parte, los atentados que ha perpetrado durante este año son lo suficientemente numerosos como para que podamos hablar de una campaña de terrorismo cuyas expresiones, como la de ayer en Argel, tienen desde el pasado mes de abril un estilo propio de Al Qaeda, sustancialmente distinto en modalidades y procedimientos del que caracterizaba al GSPC.
Cabe esperar que esta campaña se prolongue y afecte crecientemente a blancos extranjeros, como franceses o españoles entre otros ya señalados, para tratar de contrarrestar las críticas, nada banales, que Al Qaeda en el Magreb Islámico recibe entre su propia población de referencia por adoptar una orientación takfir y ocasionar tantas víctimas entre musulmanes.
Fernando Reinares es director del Programa sobre Terrorismo Global en el Real Instituto Elcano y catedrático de Ciencia Política en la Universidad Rey Juan Carlos.
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