Sarkozy promete llevar ante los tribunales a los alborotadores
El presidente francés, que ha visitado a los policías heridos, preside la reunión sobre seguridad.- Se reducen los disturbios tras un despliegue de más de 1.000 agentes
Después de tres jornadas de violencia y tras regresar de su visita oficial a China, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, preside en El Elíseo una reunión sobre la seguridad en los suburbios tras la violencia desatada por la muerte el pasado domingo de dos adolescentes en Villiers-le-Bel, al norte de París. Al encuentro, también han acudido los familiares de dos jóvenes fallecidos al chocar su moto contra un coche de la policía el domingo.
Según contó el abogado de las familias, Jean-Pierre Mignard, Sarkozy ha asegurado que un juez instructor investigará la muerte de los dos adolescentes, en lo que el propio abogado ha calificado de "decisión justa". La apertura de un sumario encargado a un juez instructor era lo que pedían los familiares de Moushin y Larami, de 15 y 16 años y origen magrebí, que murieron en Villiers-le-Bel cuando circulaban sin casco y a gran velocidad en una moto no homologada y chocaron contra un coche patrulla de la policía.
El jefe del Ejecutivo galo ha convocado al primer ministro, François Fillon, la titular de Interior, Michèle Alliot-Marie, la responsable de Justicia, Rachida Dati, y la secretaria de Estado del Ministerio de Vivienda y Política de Ciudades, Fadela Amara.
Sarkozy, que gusta de acaparar responsabilidades, ha querido asumir en primera persona la gestión de la revuelta. Lo primero que ha hecho al pisar suelo francés ha sido visitar a primera hora de la mañana al comisario de policía herido durante la primera jornada de tumultos y al resto de los miembros de las fuerzas del orden hospitalizadas. El presidente francés ha aprovechado para prometer que llevará ante los tribunales a los responsables de los disparos contra los agentes de la policía.
"Lo que ha pasado es inaceptable. Los que asumen la responsabilidad de disparar contra funcionarios se encontrarán ante el Tribunal de lo Criminal", ha declarado Sarkozy en el hospital de Eaubonne. "Esto tiene un nombre, es un intento de asesinato. Disparar contra funcionarios es perfectamente sancionable. Encontraremos a los que dispararon, pondremos los medios que se necesiten y los que han asumido esa responsabilidad se encontrarán ante la justicia de nuestro país", ha insistido.
Gran movilización policial
A diferencia de las noches del domingo y el lunes, la pasada noche ha sido bastante más tranquila gracias al despliegue espectacular de las fuerzas del orden, acompañado de vuelos de helicópteros. Este dispositivo ha evitado una nueva noche de violencias en las barriadas de las afueras de París. En torno a mil agentes han sido desplegados en Villiers-le-Bel y en localidades vecinas del departamento de Val d'Oise.
Poco antes de la medianoche, se contabilizaban 22 detenciones, y casi una treintena de incendios de vehículos, cubos de basura y otros "mobiliarios urbanos", muchos menos que en las dos noches anteriores, según la Prefectura. Además, han agregado, que ha habido enfrentamientos directos destacables entre grupos de jóvenes y la policía, contrariamente a la noche anterior, cuando 82 agentes resultaron heridos, 10 de ellos golpeados por plomos o granalla, en una escalada de la violencia que sembró la alarma entre los agentes y las autoridades.
"La situación está mucho más tranquila que las dos noches anteriores, pero todo eso sigue siendo frágil. Hace falta una fuerza de disuasión importante sobre el terreno para impedir que se reproduzca lo que pasó anoche", ha afirmado el primer ministro francés, François Fillon, que acompañado por la ministra de Interior, Michele Alliot Marie, ha acudido esta noche a Villiers-le-Bel. Fillon ha asegurado que el Gobierno está "totalmente determinado a hacer que el orden vuelva lo antes posible" y ha prometido que se darán "todos los medios a las fuerzas del orden" para lograrlo.
Esta noche además, no ha habido disparos de armas de fuego por jóvenes contra policías, contrariamente a la noche anterior, cuando 10 de los 82 agentes heridos lo fueron por impactos de municiones.
Mientras, en Toulouse (suroeste de Francia), se ha registrado un conato de incendio en dos bibliotecas y unos 20 coches incendiados en dos barrios, antes de que volviera la calma.
Tres noches de incidentes
La primera noche de los disturbios, 40 policías resultado heridos, incluido un comisario apaleado con barras de hierro y del que uno de sus agresores ha sido ya identificado. En otros departamentos de la región de París parecía haberse evitado por ahora el contagio, temido por el Gobierno, cuyas demostraciones de firmeza se han mezclado con los llamamientos a la calma de cargos electos locales conservadores y de izquierdas.
En un barrio conflictivo del departamento de Yvelines, ocho menores fueron arrestados tras apedrear e intentar prender fuego a un autobús que habían robado y hubo incidentes aislados en Clichysous-Bois, donde empezó la ola de violencias de 2005. Precisamente, el objetivo del Gobierno es contener los disturbios y evitar la repetición del conflicto del otoño de ese año que llevó al Gobierno a decretar el estado de emergencia.
La investigación de la muerte de los dos muchachos de Villiers-le-Bel, de 15 y 16 años y origen magrebí, continúa, aunque la Fiscalía ya afirmó este martes que los elementos recogidos confirman que la moto no respetó la prioridad y se abalanzó sobre el coche patrulla. También ha asegurado que los agentes se quedaron en el lugar hasta la llegada de los servicios de urgencias, contrariamente a las afirmaciones de allegados de las víctimas de que se habían esfumado
Mientras, un tribunal ordenó el encarcelamiento de ocho jóvenes acusados de violencias en la primera noche de los disturbios. Cuatro de ellos han sido condenados a penas de entre tres y diez meses de prisión.
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