Un vídeo contradice la versión policial sobre el accidente que originó los disturbios en Francia
El vídeo echaría por tierra la hipótesis de que el coche policial fue atacado por incontrolados
Un vídeo aficionado contradice la versión de la policía sobre el accidente con un coche de policía que el pasado domingo causó la muerte a dos adolescentes en la localidad de Villiers-le-Bel, cercana a París, y que está en el origen de los disturbios que han sacudido las calles de algunas ciudades francesas. Según publica Le Monde en su edición digital, el vídeo demostraría que los desperfectos que sufrió el coche policial no fue causado por incontrolados tras el accidente, sino que quedó así como consecuencia del choque.
Según la versión de la Inspección General de la Policía Nacional, encargada de investigar las circunstancias de la colisión, las primeras imágenes del coche aparecidas en la prensa, en las que se aprecia que el coche tiene el parabrisas roto y el parachoques descolgado, fueron tomadas después de que el coche fuera apaleado con barras de hierro por incontrolados que acudieron a la zona del accidente. Por tanto, sostiene la policía que los destrozos no fueron consecuencia de la violencia del accidente.
Esta versión es uno de los argumentos policiales para sostener la tesis de que el coche circulaba a escasa velocidad y que fue embestido por la moto que conducían los adolescentes que fallecieron.
El vídeo, que han podido ver en la redacción de Le Monde, fue grabado, al parecer, escasos instantes después del choque y ya se pueden ver los destrozos del coche. Es decir, que ya quedó en ese estado tras el accidente, y no fue atacado por incontrolados. Las imágenes del vídeo muestran el coche seriamente dañado, que se corresponden con las imágenes publicadas en la prensa que la policía dice que fueron tomadas tras el supuesto apaleamiento del coche. Van en el mismo sentido que las declaraciones de testigos que aseguran que se protegió el coche para que no sufriera más daños, para facilitar una investigación.
El autor del vídeo, que se ha reunido con periodistas de Le Monde y que ha pedido permanecer en el anonimato, sostiene que fue alertado del accidente "pocos minutos después de los hechos". Así, salió de su casa hacia el lugar de los hechos y comenzó a filmar "muy poco después" del accidente. Los bomberos dijeron que se había producido a las 17.00, según la fiscal de Pontoise, y él dice haber empezado a grabar entre las 17.15 y las 17.20.
En las imágenes, además del coche, se ve a varios testigos que miran cómo los bomberos realizan masajes cardiacos a los adolescentes muertos, en presencia de policías. A los pocos minutos, se ve llegar una ambulancia que, según el servicio de emergencia, salió del hospital de Gonesse a las 17.08, a cinco kilómetros del lugar del accidente. Según el cálculo de Le Monde, respetando las señalizaciones, tardaía en llegar 10 minutos, por lo que estaría allí a las 17.18. En ese instante, el coche está a caballo entre el asfalto y la acera, y exactamente con los mismos daños con los que aparece en las fotos publicadas que la policía sostiene que fueron tomadas tras un presunto ataque.
Un ataque que sólo podría haberse cometido entre el momento del accidente y el comienzo de la grabación. Ahora bien, los policías afirman que nunca dejaron solos a los dos adolescentes accidentados. Dado que estaban presentes en el lugar, habrían sido testigos de los presuntos destrozos causados por los incontrolados, los habrían señalado en su informe, cosa que no hacen. Por tanto, si el presunto ataque al coche policial se hubiera producido antes de la llegada de los bomberos, implica que un grupo de jóvenes atacó el coche con barras de hierro mientras los dos adolescentes yacían en el suelo.
Sin embargo, lo que se ve en el vídeo es cómo los bomberos y los servicios de emergencias trabajan en un entorno de relativa calma, al menos en la primera parte del vídeo. Luego la tensión parece aumentar, pero no se cometen actos de violencia.
Pese a todo, la policía y el Ministerio del Interior mantienen la versión de la Inspección General de la Policía según la cual, el vehículo policial, "probablemente" fue dañado voluntariamente tras el accidente. Sin embargo, el informe policial no cita testigos directos de ese ataque contra el coche, pero se apoya en el testimonio de un bombero de Villiers-le-Bel, el primer responsable que intervino en el lugar del accidente, que sostiene que el coche no tenía tantos destrozos cuando él lo vio por primera vez.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha anunciado hoy una investigación judicial que arroje luz sobre las circunstancias del accidente.
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