Las siamesas costarricenses tienen un 50% de posibilidades de seguir vivas

Las siamesas costarricenses, Fiorella y Yurelia, de dos años, unidas por el abdomen y el pecho, han sido separadas el pasado lunes tras nueve horas de operación, y la posibilidad de supervivencia de ambas es del 50%, informó ayer el Hospital Infantil Lucile Packard (California).

Las siamesas, que compartían el hígado y las válvulas derechas del corazón, fueron sometidas a una operación muy arriesgada "y complicada y el resultado de la misma se desconoce aún", según señala un comunicado difundido por el hospital.

"Las niñas se enfrentan a muchos obstáculos en su camino hacia la recuperación", según Gary Hartman, cirujano-jefe de la operación. Uno de los obstáculos, según Frank Hadley, cirujano-cardiólogo de la operación, se presentará la semana que viene cuando se le intente corregir un problema en el corazón a Yurelia. En la intervención también participó el cirujano costarricense Carlos Esquivel.

"La operación es la culminación de meses de planificación por parte de varios equipos multidisciplinares", según señala el comunicado. La separación, según el hospital, fue "complicada" por el hecho de que las siamesas compartían un suministro de sangre.

Sin embargo, la separación "fue mejor de lo esperado. Docenas de personas trabajaron juntas perfectamente y la función cardiaca de las niñas mejoró cuando fueron separadas". Cada una de las niñas tuvo su propio equipo médico durante la operación. Posteriormente, cada una de ella fue trasladada a habitaciones separadas para el post-operatorio.