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Reportaje:

Un problema de narices

En Italia cada día más personas recurren a la cirugía para reconstruirse la nariz dañada por el consumo de cocaína

En Italia crece el consumo de cocaína y con él las listas de espera en los hospitales para reconstruirse las narices dañadas por el uso de esta droga. Esta es la increíble noticia que publica hoy la página web del Corriere della Sera, que recoge la alarma lanzada por los médicos de la asociación Federserd, reunidos en un congreso en Sorrento. Los profesionales avisan de que están haciendo frente a una demanda de operaciones hasta hace poco muy minoritaria.

Demasiadas rayas de cocaína. Esto parece ser el origen del problema que han destacado por vez primera los médicos, asombrados antes el número de peticiones en constante aumento. Tanto que los pacientes pueden llegar a esperar hasta seis meses en clínicas privadas y hasta un año y medio en los hospitales públicos. En los primeros, los adictos a la cocaína pueden pagar hasta 10.000 euros para someterse a la operación, mientras que en las estructuras públicas la reestructuración es gratis, ya que lo que puede sufrir la nariz se considera como un "daño estructural".

Hasta hace poco este tipo de operaciones era muy poco difundido, explican los médicos, que dan cuenta de que han cambiado tanto el género como la clase social de sus pacientes. Si antes solo managers y estrellas del espectáculo pedían sus intervenciones, hoy acuden a las consultas personas de diferentes clases sociales. La difusión del consumo de la cocaína ha provocado también que cada día más mujeres recurran al bisturí para arreglar sus narices, cuando antes casi no lo hacían.

"Quién esnifa cocaína se entera de que su nariz está dañada y de que respira con gran dificultad", ha explicado Claudio Leonardi, coordinador del Comité científico de Federserd, "entonces va al cirujano, sufre un poco y, si no ha aprendido la lección, vuelve a esnifar". "Es un problema en aumento", ha añadido Leonardi, "y es un fenómeno que vemos claramente cuando hablamos con los drogadictos". En opinión del médico "la situación es todavía más grave si se piensa que también muchos jóvenes se ven obligados operarse, aunque su cartílago y mucosas son todavía mucho más delicadas".

El profesos Gaetano Paludetti, director del Instituto de clínica otorinolaringoiatrica del Policlínico Gemelli, ha asegurado que se trata de una verdadera patología: 'la nariz de la coca'. Vasos sanguíneos cicatrizados e inservibles y necrosis cada vez más extendida son solo algunos de los daños a los que se enfrenta la nariz de un cocainómano, que poco a poco se queda sin circulación sanguínea, lo que obliga a recurrir al bisturí.

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