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El PT abre sin Lula su tercer Congreso Nacional

El presidente brasileño pretendía eludir un posible desagravio a líderes acusados de corrupción

El oficialista Partido de los Trabajadores (PT) abrió la noche del viernes en São Paulo su tercer Congreso Nacional sin la presencia de su líder, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, algo que nunca había ocurrido anteriormente en sus 27 años de historia. Era también la primera vez que el PT celebraba un congreso nacional en el Gobierno.

Lula, que sí asistió ayer al Congreso, donde habló a cerca de 3.000 militantes y representantes de 32 paises, se sintió molesto el viernes, porque los dirigentes del partido querían abrir el congreso con un acto de desagravio a los dos ex presidentes del partido, José Dirceu y José Genoino, cuyo procesamiento acaba de aceptar el Tribunal Supremo por el escándalo de los sobornos a diputados en 2005, acusados de corrupción activa. Lula no quería que el pronunciamiento del Supremo, que aceptó el procesamiento de siete ex dirigentes del partido, pudiera empañar la labor de su Gobierno.

Finalmente no se realizó un acto oficial de desagravio a los ex dirigentes acusados, pero cuando entró en el salón José Dirceu, ex ministro y ex presidente del partido, los congresistas se pusieron en pie con un estruendoso aplauso. Justo lo que Lula no quería presenciar.

El Congreso, que finaliza hoy, no sólo se ha negado a tomar medidas contra los ex dirigentes acusados de corrupción, sino que ha rechazado la creación de un código de ética. "Eso no interesa al 80% de los afiliados al partido", dijo el coordinador de la Comisión de Ética, Danilo Camargo.

Por su parte, Lula reconoció ayer en el Congreso que "podemos haber cometido errores y están siendo investigados", aunque sin mencionar la palabra "corrupción. El presidente afirmó que "el PT no se debe acobardar con este debate" y subrayó que "nadie ha sido condenado todavía". Según el gobernante, "nadie en este país tiene más autoridad ética, moral y política que el PT".

La corriente mayoritaria del PT, que capitaneaba Dirceu y a la que siempre perteneció Lula, sigue dominando el partido tras haber cambiado de nombre. Hoy se llama El Brasil Que Queremos y a ella pertenecen prácticamente todos los acusados de corrupción.

Búsqueda de un candidato

Entre las resoluciones que el Congreso comenzó a debatir el viernes figuran la creación de una nueva Asamblea Constituyente destinada a la reforma de la política, la extinción del Senado, donde generalmente domina la oposición, y la búsqueda de un candidato que pueda substituir a Lula en los comicios de 2010, algo que el presidente no ve con buenos ojos, pues se ha mostrado favorable a que su sucesor represente a la coalición de Gobierno más que al PT, su partido, con quien Lula mantiene hoy una relación de amor y odio, sobre todo desde que la formación protagonizó el mayor escándalo de corrupción de la historia de Brasil.

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