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El Senado de EE UU aprueba las escuchas telefónicas sin previa orden judicial

El partido republicano apuesta por estas medidas para combatir el terrorismo

El Senado de EEUU ha aprobado un proyecto de ley para modernizar el programa de escuchas telefónicas sin orden judicial establecido por el Gobierno del presidente George W. Bush para combatir el terrorismo.

La iniciativa, propuesta por el senador republicano Mitch McConnell, ha sido aprobada por 60 votos a favor y 28 en contra.

Poco antes, los demócratas no lograban que su proyecto fuera aprobado en la Cámara Baja, ya que a pesar de contar con mayoría de representantes no han alcanzado los dos tercios necesarios para su aprobación definitiva.

La iniciativa demócrata daba al gobierno facultades para continuar por cuatro meses más un programa para escuchar las comunicaciones telefónicas de extranjeros sospechosos de terrorismo sin orden judicial.

Este proyecto había sido criticado por la Casa Blanca debido a que el lapso no era el suficiente para tener éxito en la lucha contra el terrorismo emprendida tras los atentados del 11 de septiembre del 2001.

Fuentes legislativas han señalado que en la armonización de ambas iniciativas se aprobará la versión del Senado cuando los legisladores vuelvan mañana para debatir otros dos proyectos sobre energía y gastos de la defensa.

"Esta legislación es importante porque fortalece nuestra seguridad nacional y al mismo tiempo es consecuente con los dictados de la Constitución", afirmó el demócrata Steney Hoyer al pedir el voto favorable de los legisladores.

Sin embargo, el director de Inteligencia Nacional, Mike McConnell emitió una declaración en la que afirmó que esa propuesta no le permitirá cumplir con su responsabilidad de "advertir y proteger a la nación".

La reforma de una ley de 1978

En realidad, lo que en los últimos días McConnell y los legisladores han estado negociando ha sido un acuerdo sobre la modernización de una ley que data de 1978 y es conocida como "Ley de Supervisión de Datos de Inteligencia sobre Extranjeros (FISA)".

Según McConnell, la legislación que apoya la Casa Blanca representa solamente un ajuste de las normas a los nuevos tiempos y las tecnologías modernas.

Sin embargo, la mayoría demócrata en el Congreso ha expresado renuencia a aprobar una reforma de la FISA de manera apresurada, ante el riesgo de conceder al gobierno demasiados poderes de supervisión y de perjudicar las libertades civiles de los ciudadanos.

La ley de 1978 establece que un tribunal se reúna en secreto para analizar las peticiones de los servicios secretos para escuchar las comunicaciones o registrar las viviendas de los sospechosos en suelo estadounidense.

Pero, según se supo en diciembre del 2005, tras los atentados del 11-S, Bush autorizó la aplicación de un programa de escuchas sin necesidad de autorización judicial.

El sábado pasado, durante su acostumbrado discurso radiofónico, Bush dijo que los terroristas pueden usar teléfonos móviles e Internet para comunicarse entre sí, reclutar militantes o planear atentados, gracias a tecnologías que no existían cuando la ley FISA se concibió hace 30 años.

El proyecto de ley "autoriza, sin órdenes judiciales, revisiones y vigilancias de las llamadas telefónicas, correos electrónicos, casas, oficinas y registros personales de los estadounidenses"

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