Los técnicos creen que el avión brasileño aceleró tras tocar tierra

Los técnicos de la autoridad aeroportuaria (Infraero) que investigan el accidente de São Paulo sospechan que el avión llevaba una velocidad excesiva en el momento de tomar tierra. Unas imágenes registradas por el responsable de los aeropuertos brasileños muestran cómo el avión, en vez de frenar al tocar la pista, aceleró de una forma abrupta. En ese momento alguien alertó en la cabina: "¡Gira, gira, giraaaa!". Fueron las últimas palabras que escuchó la torre de control de Congonhas antes del fatal accidente, según una reconstrucción del diario O Globo. No obstante, habrá que esperar al informe final de la Policía Federal, encargada de la investigación.

El aeropuerto, localizado en el centro-sur de la ciudad, podría ser cerrado de manera temporal. La Fiscalía federal ha anunciado hoy que está estudiando su cierre, a pesar de que este jueves ha vuelto a funcionar a través de una pista auxiliar, más corta que la principal donde ocurrió el accidente y que continúa cerrada al tráfico. El fiscal federal estudia mantener interrumpido el tráfico "hasta que se demuestre que existen las condiciones para que la terminal funcione con normalidad", ha informado Radiobras.

Dudas sobre la seguridad del aeropuerto

En concreto, las autoridades investigan si la pista donde se estrelló el Airbus de TAM cumplía con las normas de seguridad cuando fue reabierta el pasado 29 de junio. Las tareas de acondicionamiento no habían finalizado el día del accidente. ¿Pudo prevenirse? Las obras de mejora comenzaron después de que un juez ordenara en 2006 el cierre de la pista por falta de seguridad. A pesar de la advertencia, las autoridades aeroportuarias autorizaron su reapertura sin que hubieran finalizado las obras de las ranuras que drenan el agua de lluvia y mejoran la adherencia de los neumáticos de los aviones, informa Juan Arias. La víspera del accidente, otro avión de la compañía Pantanal había derrapado en el mismo lugar, sin sufrir daños.

Congonhas es el aeropuerto con mayor tráfico aéreo de Brasil (registra un flujo de unos 15 millones de pasajeros al año, aunque su capacidad es de 12 millones), y está situado en una zona residencial y comercial de São Paulo. Tiene tras de sí un amplio historial de accidente y muertos. En el año 1996, otro accidente se cobró la vida de 99 personas.

Pese a que las autoridades no han proporcionado aún una versión oficial del mayor siniestro de la aviación brasileña, expertos aeronáuticos, empleados y usuarios del aeropuerto citados por los medios de comunicación locales hablan de "tragedia anunciada". El de Congonhas es el cuarto accidente aéreo que sufre Brasil en el último año y medio. El septiembre pasado, un Boeing de la compañía Gol se estrelló en la selva amazónica con un saldo de 154 muertos. Poco después, una avioneta con dos pasajeros a borde desaparece de los radares. Sólo seis meses antes, una avioneta con 19 pasajeros a bordo desapareció de los radares. No hubo supervivientes, como tampoco en el siniestro del monomotor que cayó a menos de un kilómetro de la playa de Copacabana en febrero de 2006. La aeronave, que volaba a baja altura con una pancarta promocional de los Juegos Panamericanos, transportaba a dos personas.

186 cadáveres recuperados

En paralelo a las investigaciones, los equipos de rescate encontraron ayer al mediodía (hora española) una de las dos cajas negras del avión que ha sido enviada a Estados Unidos para su análisis. De entre los escombros, se han recuperado los cuerpos de las 186 que transportaba el avión, entre pasajeros y tripulación. A estas víctimas habría que sumar las otras 14 muertes en tierra anunciadas por el gobernador del Estado de São Paulo, José Serra. Entre las víctimas, hay cuatro extranjeros: un argentino, un peruano y dos franceses, mientras un tercer francés está desparecido.

Las tareas de identificación de los cadáveres podrían tardar días, ya que muchos de los cuerpos están carbonizados debido a las altas temperaturas que se registraron en el lugar del accidente, por encima de los 1.000ºC.

Según la Policía, un total de 19 heridos fueron ingresados en cinco hospitales de la ciudad, de esos uno murió, ocho fueron dados de alta o se les permitió dejar el centro sanitario y los diez restantes permanecen hospitalizados.

Depurar responsabilidades

Nada más conocer la fatal noticia, el presidente de Brasil, Luis Ignazio Lula da Silva, ordenó a su ministro de Justicia, Tarso Genro, que abriera una investigación para esclarecer si el aeropuerto cumplía las condiciones de seguridad. Según fuentes oficiales citadas por el diario O Globo, el presidente Lula quiere saber con rapidez si se precipitó la reapertura de la pista principal del aeropuerto.

Mientras que Genro ha ordenado que se investigue la responsabilidad de los organismos públicos, sindicatos y oposición han elevado la voz de alarma sobre la grave situación del sector de la aviación civil en Brasil, en crisis desde el pasado mes de septiembre tras otro grave accidente.

El presidente de la aerolínea brasileña TAM, Marco Antonio Bologna ha asegurado que el Airbus A-320 accidentado no presentaba "signo alguno" de problemas técnicos y que estaba en "perfectas condiciones de navegación y de operación" y que el piloto no informó de "ningún problema al despegar en Porto Alegre". Bologna ha informado que el avión tenía 26.320 horas de vuelo, y había sido sometido a una revisión simple el 13 de junio y a una revisión estructural, más profunda, el pasado 20 de noviembre.

El aeropuerto de Congonhas divulga imágenes previas al trágico accidente aéreo