Gasolina subvencionada
La crisis energética argentina obliga a pactar el precio, mientras La Patagonia teme por el turismo
La crisis energética que sufre Argentina, por la ola de frío que se ha cobrado la vida de 25 personas desde el pasado sábado, ha obligado al Gobierno de Néstor Kirchner a pactar el precio de la gasolina con las dos petroleras mayoritarias: la hispanoargentina Repsol YPF y la portuguesa Petrobas. Con la subvención aprobada ayer, el litro de gasolina súper pasará a costar 0,25 euros (un peso) y la común a 0,20 euros (80 centavos) en 625 estaciones de servicio. Esa cuidada alquimia entre Estado y productores acarreará un gasto de 218 millones de euros (900 millones de pesos) a las arcas del primero.
Desde ayer, la venta de combustible a precio reducido rige, en el caso de YPF, en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Rosario y Mendoza; mientras que Petrobas sólo dispensa carburante subvencionado en las gasolineras de la capital. Como consecuencia de la medida, el país ha comenzado a sufrir cierto desabastecimiento, según ha criticado hoy el vicepresidente de la Confederación de Entidades de Hidrocarburos, Raúl Castellanos, que advirtió de los perjuicios económicos que están atravesando tanto productores como automovilistas.
Argentina, con una importante flota de automóviles que funcionan a gas natural comprimido (GNC), mantiene suspendida su venta para prevenir su agotamiento. Sin embargo, algunas estaciones de servicio de la capital se atrevieron a burlar ayer la medida, un día antes de que pueda reanudarse el suministro, "en la medida en que mejoren las condiciones climáticas", en previsiones del ministro de Planificación, Julio de Vido.
Mientras que las temperaturas no aumenten, continuarán las colas de taxis y automóviles particulares en la entrada a las gasolineras argentinas. Sin restricciones, la imagen se ha generalizado por todo el país, incluidas aquellas provincias que ya comenzaron a aplicar la rebaja.
Las negociaciones del Gobierno con las petroleras, que vuelven a reunirse hoy, podrían adelantar la reapertura del servicio de gas en las 1.600 estaciones de servicio de todo el país. La industria pretende arrancar del Ejecutivo la autorización para liberar entre un 20 y un 30% de combustible. Esa medida descomprimiría la crisis, han manifestado los productores.
Una de las realidades más problemáticas es la que registra la provincia de La Pampa donde, además de colas, los clientes encontraron ayer las estaciones cerradas al agotarse la gasolina subvencionada.
La ola de frío que cruza el país elevó esta semana la demanda de gas en los hogares argentinos desde 36 millones de metros cúbicos diarios a los 51 millones, según afirmó ayer el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, en una conferencia de prensa en la Casa de Gobierno.
El panorama energético argentino se ajusta también en función de los envíos de gas al exterior. Las autoridades argentinas autorizaron la inyección de 500.000 metros cúbicos de gas natural al gaseoducto GasAndes, en Chile. Mientras que, por el contrario, disminuyó el envío de gas licuado de petróleo (GLP) a Paraguay.
La Patagonia, a oscuras
Los problemas de abastecimiento de electricidad en el sur del país ha levantado la alerta entre las autoridades patagónicas que temen que el desabastecimiento ahogue el turismo. Los centros invernales, que en estas fechas -verano en el hemisferio norte- funcionan a pleno rendimiento, han solicitado al Gobierno que de manera excepcional las restricciones no toquen al sector.
Liberados por el frío
Un juez de la provincia argentina de Santiago del Estero liberó hoy a 20 presos, encarcelados por delitos menores, para protegerlos de la ola de frío que alcanzó los ocho grados bajo cero en la zona.
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