Jaque mate a la reforma migratoria de Bush en el Senado
El presidente no tendrá otra posibilidad de hacer salir adelante la propuesta que legalizaría a unos 12 millones de 'sin papeles' antes de que se le acabe el mandato
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, ha sufrido hoy un revés muy duro en política nacional. El proyecto de ley de reforma migratoria que él impulsó personalmente acabó en jaque mate al cuando, por segunda vez, el pleno del Senado rechazó limitar el debate sobre esta iniciativa, para votarla de inmediato. De esa manera Bush, que había definido el proyecto "una ocasión histórica", ha perdido última posibilidad para verlo aprobado antes de que se le acabe el mandato, en 2008. La controvertida medida habría legalizado alrededor de 12 millones de inmigrantes ilegales.
Con un resultado final de 46 votos a favor y 53 en contra de limitar el debate a 30 horas, la iniciativa se quedó muy lejos -14 escaños- de lograr los 60 sufragios necesarios para superar este obstáculo. Entre los opositores a la propuesta de reforma hubo tanto republicanos (37) como demócratas (15).
El proyecto, que contaba con el apoyo del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, queda sin más posibilidades de salir adelante, ya que el líder de la mayoría demócrata, Harry Reid, dijo que retiraría la iniciativa si no lograba los votos necesarios. Esta es la segunda ocasión en la que el pleno del Senado vota en contra de limitar el debate sobre esta reforma, dado que hace tan sólo 20 días, el 7 de junio, ya sufrió el mismo revés, entonces por 45 votos a favor y 50 en contra.
Después de la votación, Bush reaccionó inmediatamente y consideró una "decepción" el resultado. "Muchos de nosotros hemos trabajado duramente para ver si nos poníamos de acuerdo, pero no ha funcionado", lamentó el titular de la Casa Blanca, quien agregó que los estadounidenses "entienden que la actual situación (de la inmigración) es insostenible". Por su parte, Reid, visiblemente afectado por la derrota, agradeció el esfuerzo a todos los senadores que habían trabajado a favor de este proyecto, y concluyó que la lección para todos debe ser que tienen "que trabajar más estrechamente juntos".
Los legisladores de ambos lados habían destacado durante el debate previo que si el proyecto no pasaba este corte, no habría otra posibilidad igual para mejorar el sistema migratorio del país, que data de 1986, cuando se aprobó una amnistía para unos tres millones de indocumentados. Las consecuencias de la votación de hoy serán importantes, ya que no es probable que se retome el proyecto antes de 2009, cuando se habrá instalado otro presidente en la Casa Blanca y se habrá formado un nuevo Congreso.
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