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La reforma ministerial a 'cuentagotas' de Lula da a luz tres polémicos nombramientos

Un acaudalado empresario, un centroderechista y una sexóloga izquierdista, en el Gobierno

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, hizo ayer gala de su reforma ministerial a cuentagotas al nombrar a tres nuevos ministros que formarán parte de la nueva coalición que está formando para su segundo mandato. En un acto en el que congregó a todos los miembros del Gobierno y del Parlamento, Lula dio la bienvenida a los nuevos titulares de Turismo, Marta Suplicy; Agricultura, Reinhold Stephanes; y Relaciones Institucionales, Walfrido Mares Guía. Todos ellos nombramientos controvertidos y llenos de sorpresas. Los últimos nombramientos quedan para la próxima semana.

Lula se ha decantado por el periodista de 62 años y actual vicepresidente del Banco de Santander, Miguel Jorge, para ocupar el Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior, lugar que deja vacante el acaudalado empresario Luiz Fernando Furlan, que tras cuatro años en el Gobierno ha decidido volver a la actividad privada. Jorge, que trabajó tambien en Volkswagen y perteneció al mundo sindical, donde destacó por sus dotes negociadoras, ocupará un puesto clave en el Gobierno.

La designación de Jorge ha sido muy bien recibida por la empresa privada e incluso por sectores de oposición, que han valorado su experiencia empresarial y también el hecho de que no tiene filiación partidaria alguna. El presidente de la Confederación Nacional de Industria (CNI), Armando Monteriro Neto, afirmó ayer que el nuevo ministro "es un profesional de éxito en todas las áreas donde ha trabajado hasta ahora".

Un ministro de Agricultura de centroderecha

Otro nombramiento controvertido ha sido el del ministro de Agricultura, Reinhold Stephanes, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), formación de centroderecha que tiene en el Gobierno de Lula una fuerza similar a la del Partido de los Trabajadores (PT), pero su pasado inquietó a sectores de izquierda afines al Gobierno. Stephanes, de 68 años, accede a una cartera a la que Odilio Balbinotti tuvo que renunciar días atrás, 24 horas antes de tomar posesión, al haberse sabido que sobre él recaía un proceso en el Supremo por falsificación documental.

Balbinotti, considerado el segundo diputado más rico del Parlamento, dueño de 12.000 hectáreas, al contrario que el nuevo ministro, era bien visto por el lobby de diputados llamdos ruralistas, es decir, de los terratenientes. Para nombrar a Stephanes, Lula tuvo que hacer frente a una verdadera oposición del Congreso, que no veía con buenos ojos su nombramiento al no considerarlo uno de los suyos.

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"Dijeron que Stephanes fue de ARENA, que fue esto o fue lo otro", ha admitido Lula, pero ha afirmado que ha tomado la decisión de nombrarlo para la cartera de Agricultura después de analizar "su paso por todos los cargos públicos, que ha sido de la mayor respetabilidad y la mayor competencia".

El tercer nombramiento, el de la ministra de Turismo, la ex alcaldesa de São Paulo y dirigente del Partido de los Trabajadores (PT), Marta Suplicy, también fue muy controvertido. Suplicy, psicóloga de 62 años, sustituyó a Mares Guía, ingeniero químico de 62 años y miembro del Partido Laborista Brasileño (PTB), que asumió Relaciones Institucionales.

El sector más influyente de su partido, el PT, quería para ella un ministerio de primera categoria (Educación o Ciudades) para que le sirviera como trampolín para disputar en 2010 las presidenciales. Lula no cedió e incluso hizo lo imposible por dejarla fuera del Gobierno, pero el PT se impuso y consiguió que entrara a formar parte del Ejecutivo con una cartera considerada menor, como es la de Turismo.

Marta Suplicy, sexóloga que se hizo famosa y popular con sus programas sobre sexo en televisión y por su defensa del matrimonio entre homosexuales, es una izquierdista con solera a pesar de pertenecer a una familia rica y ahora tendrá que vérselas con la proliferación en este país del llamado turismo sexual.

REUTERS

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