Kenia cierra sus fronteras con Somalia para evitar la entrada de los islamistas derrocados

Kenia ha cerrado su frontera con Somalia para evitar que penetren en el país militantes de los Tribunales Islámicos derrotados por las fuerzas oficiales y etíopes en los últimos días, pero permitirá el paso de refugiados, según han informardo fuentes oficiales.

"La frontera está cerrada, y las actividades normales como comercio y movimientos de personas suspendidas, pero a los refugiados se les permitirá entrar", ha dicho a Efe el portavoz del Gobierno, Alfred Mutua, que ha precisado que aunque no se ha hecho un anuncio oficial, la frontera lleva cerrada varios días, y los controles policiales se han reforzado.

Después de haber perdido todas sus posiciones en los últimos diez días, los milicianos de los Tribunales Islámicos huyeron hacia el sur en dirección a la frontera con Kenia, y se teme que entren en el país vecino, desde donde podrían tratar de lanzar ataques para desestabilizar al gobierno y causar en Somalia una situación similar a la que vive Irak.

El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR)ha denunciado haber recibido informaciones que apuntan a que las autoridades kenianas están forzando a los somalíes que llegan a la frontera a regresar. "Varios camiones transportando a somalíes que buscaban refugio en un centro de ACNUR cerca de la ciudad fronteriza de Liboi han sido vistos regresando a Somalia esta mañana", ha dicho la agencia en un comunicado.

La mayoría eran mujeres y niños, aseguró ACNUR, que ha recordado a Kenia que tiene, bajo el derecho internacional humanitario, la obligación de permitir la entrada en su territorio de civiles en riesgo. "No hacerlo es violar la Convención sobre los Refugiados de 1951", ha subrayado la agencia. Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores, Rafael Tuju, ha señalado en un comunicado que "la situación dentro de Somalia se está estabilizando rápidamente" y ha pedido a la comunidad internacional y a ACNUR que faciliten el rápido retorno de las personas desplazadas.

El pasado 24 de diciembre, Etiopía lanzó una ofensiva por aire y por tierra para atacar a los combatientes de los tribunales islámicos, que ocuparon Mogadiscio en junio pasado y posteriormente se extendieron por vastas áreas del centro y sur del país. Las fuerzas ocupantes han asegurado el control de las principales ciudades y los combatientes de los tribunales islámicos huyeron el pasado domingo de su último reducto, la ciudad portuaria de Kismayo, hacia donde se dirigían las tropas etíopes.

El Gobierno somalí fue creado en 2004 y es el primero que cuenta con reconocimiento internacional desde el derrocamiento en 1991 del dictador Mohamed Siad Barré, que sumergió al país en el caos. El Gobierno ha pedido reiteradamente el envío de una fuerza de mantenimiento de la paz, algo que ha respaldado la Unión Africana, pero la puesta en marcha de la misión quedó paralizada por la férrea oposición de los Tribunales Islámicos a cualquier presencia extranjera en el país, y especialmente de los países vecinos.

El ministro keniano pidió que se celebre de inmediato una conferencia sobre Somalia en la que puedan fijarse compromisos económicos por parte de la ONU, el Banco Mundial "y otros donantes y amigos de Somalia" que deben habilitar recursos para la etapa de reconstrucción. "Esta conferencia debe facilitar que el Gobierno de Transición consolide el proceso de reconciliación y asegure la paz en todas las partes de la república", ha añadido Tuju. "Ahora nos corresponde a todos en la región ayudar al pueblo de Somalia a superar cualquier posible resistencia al funcionamiento efectivo de su gobierno. Todos los que continúen desafiando la Constitución Federal deben ser rechazados", ha concluido.