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Los campesinos retan a Lula y amenazan con ocupar edificios públicos en Brasil

Los diferentes movimientos sociales rurales de Brasil, entre ellos el Movimiento de los Sin Tierra (MST), tendrán un encuentro el próximo miércoles en el Palacio del Planalto con el presidente, Luiz Inácio Lula da Silva. Pero, para aumentar la presión antes del encuentro, dichos movimientos, que mantienen con Lula una relación de amor y al mismo tiempo de desilusión, han desafiado al Gobierno con un documento en el que se afirma que, si las cosas continúan como en el primer mandato, no sólo van a ocupar las tierras sin cultivar sino también “edificios públicos” de diferentes ciudades del país. En el documento aparecen los datos de la violencia en el campo brasileño durante los últimos

ocho años. Si en los cuatro últimos del Gobierno de Fernando Henrique Cardoso, de 1998 a 2002, hubo una media de 14,5 indios asesinados al año, en el primer mandato de Lula, de 2002 a 2006, la cifra subió a 38 al año. Lo mismo ha ocurrido en lo relativo a la violencia contra los campesinos. De enero a agosto de 2006 hubo 24 muertos en conflictos por la tierra, 749 detenidos y 927 familias expulsadas.

Según João Paulo Rodrigues, coordinador nacional del MST, “los movimientos sociales van a tener que ir a la lucha. Van a tener que hacer lo que no hicieron en estos últimos años, que es ocupar edificios públicos. Puede aún aumentar el enfrentamiento y la crítica, algo que no tuvo lugar en estos últimos cuatro años”. Y añadió: “Nosotros, los del MST, vamos a ayudar a potenciar todas las luchas. En el campo y en la ciudad... Lula va a tener que escoger, porque él sigue debiéndonos la prometida reforma agraria”.

Política neoliberal

El principal líder del MST, João Pedro Stedile, lanzó acusaciones de índole política y, por tanto, más contundentes contra Lula. Stedile rechazó ayer la actual política neoliberal del Gobierno, algo que Lula no piensa cambiar: “ ¡Atención, presidente Lula! No nos tome por compadres, porque nosotros no aceptamos la continuidad de su política económica, que atiende sólo a los intereses de banqueros y multinacionales”. Y añadió: “En cualquier parte del mundo, el Gobierno es como una olla a presión que sólo funciona con mucho fuego”. Stedile quiere que la presión sobre el Ejecutivo y especialmente las ocupaciones sean realizadas esta vez no sólo por el MST, sino por los demás movimientos nacidos de su seno, algunos de ellos más radicales, como el Movimiento de Liberación de los Sin Tierra (MLST), que hace unos meses protagonizó una violenta ocupación del Parlamento, o el MTL (Movimiento Tierra, Trabajo y Libertad).

Y para que las amenazas no se queden sólo en palabras, el MST protagonizó el jueves un enfrentamiento violento contra productores rurales en Paraná, con varias carreteras bloqueadas por los bandos enfrentados. Los productores rurales se justifican diciendo que las tierras que son entregadas a los campesinos terminan convirtiéndose en favelas.

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