“Los que le mataron no quieren un Líbano unido”
Una multitud emocionada acompaña los restos mortales de Pierre Gemayel hasta su localidad natal
En un ambiente de tensión y emoción contenida, una multitud ha acompañado los restos mortales de Pierre Gemayel, el ministro de Industria libanés que ayer fue asesinado a tiros en Beirut, en su traslado a la localidad de Bikfaya, donde nació hace 34 años y donde será velado durante todo el día por familiares y aliados políticos.
Su asesinato ha incrementado el temor a un enfrentamiento civil en Líbano y pone en cuestión el acercamiento de Washington a Damasco y Teherán para frenar la violencia que desangra a Irak. Gemayel era conocido por su rechazo a la intervención de Siria en la política libanesa, y su muerte es interpretada como un desafío a la puesta en marcha del tribunal internacional auspiciado por Naciones Unidas que debe juzgar a los asesinos del ex jefe del Gobierno Rafia Hariri, muerto en atentado en febrero de 2005.
Partidarios del político cristiano asesinado han llevado a hombros el féretro con sus restos mortales por las calles de Bikfaya, al este de Beirut, dando comienzo así a tres días de luto por su muerte. Los primeros homenajes al ministro han coincidido con un incremento de la seguridad en todo el país, en vistas al funeral que se celebrará mañana. Las calles de Bikfaya se han llenado de personas que han aplaudido al paso del cortejo fúnebre. Algunas mujeres desde los balcones de sus casas han lanzado puñados de arroz sobre el féretro, cubierto con la bandera de las Falanges Libanesas, el partido cristiano que fundó su abuelo y al que pertenecía como miembro destacado. Junto al féretro han podido verse a numerosos líderes políticos de las "Fuerzas del 14 de marzo", de carácter anti sirio, entre escenas de dolor y tensión contenida. También se han escuchado tiros al aire de hombres armados próximos al cortejo.
La comitiva ha culminado su recorrido en la casa natal de Gemayel donde tras una breve oración en su recuerdo, la familia ?al frente de la cual estaba su padre Amin Gemayel, ex presidente de Líbano- y los amigos del ministro han comenzado a recibir uno a uno a los libaneses que han querido rendir un último homenaje a la mano derecha del primer ministro Fuad Siniora. “Es un sentimiento indescifrable”, ha dicho Fadi Jalakh, un joven libanés de 27 años, a la agencia Reuters. “Aquellos que le mataron no quieren un Líbano unido. Lo que pase después de esto va a empeorar las cosas”, ha añadido con pesimismo.
Los partidarios de Gemayel quieren hacer que el funeral, que se celebra mañana, se convierta en una muestra masiva del rechazo de la sociedad libanesa a la injerencia de Siria e Irán en la vida política del país. Ante el temor a altercados, el Ejército libanés se desplegará en Beirut a lo largo del día de hoy y mañana. Las celebraciones por el Día de la Independencia, previstas para la jornada del miércoles, han sido canceladas en todo el país en señal de duelo.
Aunque ningún grupo ha reivindicado el asesinato, mucha gente en Líbano culpa a Siria del asesinato, por mucho que el régimen de Damasco se haya apresurado a condenar el ataque y a desmarcarse de lo sucedido. Además, su muerte ha coincidido con una grave crisis en el seno del Ejecutivo libanés por su respaldo a la creación del tribunal internacional para juzgar a los responsables del magnicidio de Hariri. Seis ministros prosirios han dimitido por dicho apoyo. El último informe elaborado por la ONU culpa directamernte a Siria de la desaparición de Hariri. Damasco ha rechazado las acusaciones.
![Una multitud ha arropado el traslado del féretro del ministro asesinado a su localidad natal.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/AHF2TDZQSJLN3Z2E2ZM5YDFF6U.jpg?auth=565e4880884c1b981e74bee479814023c467056df5e1151d43c28f1db198ae29&width=414)
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