Más de 60.000 manifestantes piden en Budapest la dimisión de gobierno húngaro
El primer ministro Gyurcsány obtiene el voto de confianza del Parlamento
Las manifestaciones han vuelto a las calles de Budapest. Más de 60.000 personas se han reunido hoy delante del Parlamento húngaro, en la manifestación antigubernamental convocada por el mayor partido de la oposición conservadora, el Fidesz, con la participación de los dirigentes de la agrupación, para pedir la dimisión del gobierno socialista que lidera el primer ministro Ferenc Gyurcsány.
El presidente del Fidesz, Viktor Orbán, había anunciado el lunes pasado que daba 72 horas a los partidos de la coalición gubernamental para que sustituyeran al jefe del Ejecutivo, Ferenc Gyurcsány y, en caso contrario, convocaría una manifestación para esta tarde en la céntrica plaza Kossuth de Budapest. Orbán ha dicho ante la multitud que "Hungría nunca será como ha sido hasta ahora. Nunca estuvimos en una crisis moral y política tan profunda".
El político ha reiterado que los resultados de la elecciones municipales -en las que el Fidesz arrasó al lograr 18 de los 19 condados del país- deberían considerarse como una consulta popular y que el primer ministro "tiene que renunciar". Orbán ha anunciado la llamada "Carta Sí Hungría", en la que se propone "la unión del país y el levantamiento moral de Hungría".
A las puertas del Legislativo, los manifestantes conforme a lo pedido por Orbán, se presentaron con velas, banderas y despertadores, mientras escuchan a los oradores y los conciertos de grupos de música popular que se presentan en el escenario. Los congregados hicieron sonar los despertadores, gritaban "buenos días Hungría" y pedían la dimisión de Gyurcsány. Según informaciones de los medios de comunicación locales, los manifestantes llegaron a la capital de todas partes del país, transportados por el Fidesz en autobuses.
La manifestación del Fidesz ha sido convocada en la misma plaza que es escenario de actos semejantes desde el 17 de septiembre, cuando se filtró una grabación en la que Gyurcsány admitía haber mentido para ganar las elecciones legislativas del abril pasado. El Fidesz ya ha pedido autorización para continuar manifestándose hasta el próximo 23 de octubre.
El Parlamento ratifica a Gyurcsány
Mientras, el primer ministro fue ratificado hoy en su puesto por el Parlamento magiar, al recibir el respaldo de 207 diputados de la Cámara de 386 escaños en el voto de confianza al que se sometió el Ejecutivo. Gyurcsány ha recibido el respaldo de los parlamentarios de su partido, el MSZP y los de la Alianza de Demócratas Libres (SZDSZ). Además, ha anunciado que el lunes se someterá a un voto de confianza en el Legislativo, tras la abrumadora victoria de la oposición conservadora en las elecciones municipales del pasado domingo.
Gyurcsány ha pedido perdón a los ciudadanos por haber mentido antes de las elecciones legislativas de abril pasado, para ganar los comicios. El primer ministro había dicho que su discurso ante la cúpula del Partido Socialista (MSZP), filtrado a una radio, lleno de palabrotas y blasfemias, pudo herir a muchos, y reiteró sus disculpas por "el estilo crudo y exaltado".
"¿Debemos excusarnos? Sí. ¿Por qué? Porque tardamos en enfrentar la situación y seguimos una política económica insostenible, porque nos engañamos y engañamos a los electores también, haciéndoles creer que los problemas se resolverían por sí solos", dijo ante la Cámara.
Respecto a las manifestaciones Gyurcsány declaró que "la oposición chantajea en la calle", en lugar de aceptar los resultados de las elecciones legislativas de 2006, en las que el Partido Socialista venció. De todas formas Gyurcsány aseguró que el gobierno seguirá adelante con las reformas iniciadas para sanear tanto el déficit presupuestario como la deuda pública, que superan el 10 y el 67% del Producto Interior Bruto (PIB), respectivamente.
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