La izquierda mexicana impide la despedida del presidente Fox en el Congreso
Legisladores del PRD toman la tribuna del Legislativo y exige la retirada del cerco policial
Legisladores de la izquierda mexicana impidieron esta madrugada, al tomar la tribuna del Congreso, que el presidente Vicente Fox leyera su mensaje anual, por lo que hubo de limitarse a presentar por escrito su último informe de Gobierno y a leerlo en un mensaje televisado a la nación. Los diputados y senadores de izquierda, en su mayoría del Partido de la Revolución Democrática (PRD), que presentó como candidato a la Presidencia a Andrés Manuel López Obrador, protestaron así por considerar que Fox favoreció un supuesto fraude electoral en favor del candidato de su partido, el conservador Felipe Calderón. La jornada, histórica, terminó sin violencia.
Fox renunció a leer su discurso en el Congreso después de que un centenar de legisladores de izquierda tomaran la tribuna del Congreso y exigieran la retirada de las fuerzas policiales y militares que resguardaban la sede. Según los expertos, un hecho así no había sucedido en el país por lo menos desde la promulgación de la actual Constitución, en 1917. Los diputados y senadores de izquierda, que protestan por el presunto fraude electoral cometido en contra de candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, justificaron la medida de fuerza ante el cerco policial y militar en la Cámara que consideraron una violación de garantías constitucionales.
El Partido Revolucionario Democrático (PRD) acusa también a Fox de complicidad en el supuesto fraude registrado en los comicios presidenciales y legislativos del pasado 2 de julio y de haber apoyado al postulante de su partido durante la campaña. En la votación, el candidato del oficialista Partido Acción Nacional (PAN), Felipe Calderón, obtuvo una mínima ventaja de 243.934 votos (0,58 puntos porcentuales) sobre López Obrador, del PRD.
Dos meses de protestas
Desde hace dos meses, López Obrador ha llevado a las calles sus protestas contra el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y contra Fox, al que acusa de "traidor" a la democracia y de "golpista". El tribunal electoral tiene de plazo hasta el próximo 6 de septiembre para determinar la validez de los comicios y, en caso afirmativo, dar el nombre del ganador, que deberá asumir el cargo el próximo 1 de diciembre.
Pese al carácter inédito de la jornada, las previsiones más fatalistas sobre su desarrollo fueron disipadas por el propio López Obrador a media tarde. En un multitudinario mitin en el Zócalo, la plaza principal de la capital, el ex candidato presidencial pidió a sus simpatizantes "no caer en la trampa" y evitar la confrontación con la policía y el Ejército. "Tenemos que cuidar ese movimiento y, aún estando a cinco calles, nos vamos a quedar aquí, que se queden con sus soldados, no caeremos en provocaciones", afirmó el jefe de filas del PRD ante miles de seguidores en el Zócalo, situado a pocas manzanas de la sede del Legislativo.
La histórica plaza mexicana y el emblemático Paseo de la Reforma permanecen ocupados por simpatizantes del líder izquierdista desde hace más de un mes, lo que ha ocasionado contratiempos en la vida cotidiana de los ciudadanos y millonarias pérdidas. Muchos temían que los manifestantes intentasen entrar en el Congreso, lo que hubiera derivado en choques con las fuerzas de seguridad, formadas por la Policía Federal Preventiva (PFP) y el Estado Mayor Presidencial, un cuerpo de elite del Ejército que protege al jefe del Estado, que resguardaron la zona.
Sin embargo, la tensión que no se vivió en las calles estalló en el interior del Congreso cuando, una hora antes del momento previsto para el informe de Fox, los legisladores del PRD ocuparon la mesa directiva. Con gritos de "sufragio efectivo, no corrupción" y pancartas de "Fox traidor", los parlamentarios se negaron a moverse hasta que el gobernante suspendiera el dispositivo de seguridad en las calles adyacentes al Legislativo, lo cual, según el senador del PRD Carlos Navarrete, suponía "una suspensión de las garantías constitucionales".
El presidente de la Cámara Baja, el diputado del PAN Jorge Zermeño, decidió suspender la sesión después de recibir en la secretaría del edificio el informe de Fox y tratar infructuosamente que los congresistas del partido izquierdista regresaran a sus escaños. Al abandonar el lugar, el presidente mexicano hizo una defensa de las instituciones democráticas del país y pidió a la izquierda que no las acorralen "por la vía de la intransigencia y la violencia", antes de pronunciar por televisión el mensaje que debería haber emitido en el Congreso
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