La explosión de un oleoducto en Irak mata a 74 personas que intentaban robar carburante
La policía iraquí ha descubierto 24 cadáveres con signos de tortura en Bagdad
Al menos 74 personas han muerto y más de 90 han resultado heridas por la explosión de un oleoducto cerca de de Diwaniya. Un numeroso grupo de personas estaba en la zona para robar carburante. Esta práctica es habitual debido a la escasez que padece le país. Por otro lado, en Bagdad, la policía ha encontrado 24 cadáveres, que presentaban signos de tortura y disparos de bala. Además, el Ejército estadounidense ha confirmado el cierre de la prisión de Abu Ghraib con el traslado el día 15 de los últimos reclusos.
El oleoducto conduce el petróleo desde Basora, importante ciudad al sur del país, hasta Diwaniya, a 180 kilómetros de Bagdad.
El suceso se ha producido poco después de los graves enfrentamientos en la ciudad entre el Ejército iraquí y milicianos chiíes, que ha costado la vida a decenas de personas.
Fosas comunes y torturas
La Policía iraquí ha encontrado los cuerpos de 24 personas, que aparentemente habían sido torturadas y disparadas antes de ser arrojadas en dos lugares diferentes de Bagdad, según han explicado fuentes policiales.
11 de ellos, con numerosas heridas de bala y atados de pies y manos, han sido encontrados cerca de una escuela en el barrio de Maalif, de dominación chií, en el sur de Bagdad.
Los otros 13 cadáveres, con disparos de bala fueron arrojados detrás de una mezquita chií en el barrio de Turath, en el este de Bagdad. Todos los cuerpos han aparecido esposados y con señales de haber sido torturados.
El cierre de Abu Ghraib
El Gobierno estadounidense ha cerrado la prisión iraquí de Abu Ghraib. Esta cárcel de Bagdad fue el escenario de las torturas a presos por parte de los militares estadounidenses.
Los 3.000 presos han sido trasladados a otras prisiones del país. El último grupo salió de Abu Ghraib el pasado 15 de agosto, según han confirmado fuentes militares.
Cheney alerta del peligro de un abandono militar en Irak
En medio del clima de violencia que vive Irak, el vicepresidente de EE UU, Dick Cheney, ha reiterado su rechazo a los llamamientos de los demócratas para que la Casa Blanca ordene una retirada militar del país.
"Una retirada precipitada de Irak sería un duro golpe para la seguridad futura de Estados Unidos", ha declarado Cheney. El vicepresidente ha afirmado que ese tipo de llamamientos suena a maniobra política. Este año serán las elecciones legislativas en las que se renovará un tercio del Senado y la totalidad de la Cámara de Representantes.
Para Cheney, en Irak solo hay dos "opciones: triunfo o derrota...y este país no aplicará una política de retirada".
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