El 'Bin Laden' checheno
Shamil Basáyev era el jefe de los secesionistas islámicos desde 2005, pero llevaba al frente de los mayores ataques contra Rusia desde 1995
Tras la muerte de Aslán Masjádov en marzo de 2005, Shamil Basáyev se convirtió en el principal jefe de los secesionistas islámicos, buscado por el Kremlin de la misma manera que los estadounidenses persiguen a Bin Laden.
Nacido el 14 de enero de 1965 en Vedenó, un pueblo situado en el corazón de las montañas del Cáucaso, en el sureste de Chechenia, Basáyev reivindicó la matanza de septiembre de 2004 en la escuela de Beslán (Osetia del Norte), el peor atentado terrorista en la historia de Rusia, en el que murieron 331 personas, entre ellos 186 niños.
Pero sus carrera comnzó mucho antes. Tras la independencia de Chechenia en 1991, Basáyev participó al lado de los separatistas en las elecciones presidenciales como rival de Yojar Dudáyev, a la postre presidente, pero fue derrotado. Ese año, protagonizó su primer acto terrorista, el secuestro de un avión de pasajeros ruso que desvió hasta Ankara, de donde regresó como un héroe a Grozni, la capital chechena.
En 1992, tras pasar por un centro de adiestramiento de comandos del GRU (espionaje militar ruso), encabezó un batallón de voluntarios chechenes en el asalto de Sujumi, la capital abjasa defendida por las tropas georgianas y asediada por los separatistas. Tras convivir durante un tiempo con los "muyahidín" afganos en un campamento de adiestramiento en Pakistán, Basáyev reaparece en el verano de 1994 para defender el régimen del presidente Dudáyev contra los asaltos de la oposición armada apoyada por Moscú.
Y en junio de 1995 Basáyev saltó a la primeras planas de los periódicos cuando, al frente de un comando, tomó el hospital de la ciudad rusa de Budiónovsk e hizo rehenes a más de un millar de personas, en una acción que terminó con la vida de 129 personas y dejo heridas a otas 415. Desde entonces su nombre ha estado vinculado a todos los ataques de la guerrilla chechena que se cobraron centenares de muertos, incluidas las tomas de rehenes en el teatro Dubrovka de Moscú y en la escuela número uno de Beslán, ciudad de la república norcaucásica de Osetia de Norte.
En septiembre de 2004, tras la masacre de Beslán, el Kremlin anunció una recompensa de diez millones de dólares por toda información que le permitiese capturar o matar a Basáyev.
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