El primer ministro holandés dimite ante la reina pero no convoca elecciones anticipadas
Los dos partidos que quedan en la coalición pretenden gobernar en minoría hasta las elecciones del 15 de mayo
Holanda intenta reconstruir su futuro político tras la crisis de Gobierno desencadenada ayer. El primer ministro, Jan Meter Balkenende, ha presentado hoy su dimisión a la reina Beatriz pero no ha desvelado si convocará elecciones anticipadas. Después de que ayer los liberales de izquierda rompieran su pacto con el Gobierno, los dos partidos que quedan en la coalición -ahora en minoría- quieren seguir gobernando hasta las próximas elecciones, previstas para el 15 de mayo de 2007. Sin embargo, la oposición quiere que los comicios se anticipen para el otoño próximo.
Tras el anuncio de Balkenende, la reina ha iniciado una ronda de conversaciones con los líderes de los distintos partidos, para discutir cual es la mejor solución. A pesar de la ruptura de la coalición, de la que formaban parte los liberales de derechas (VVD), la Democracia Cristiana (CDA) y los liberales de izquierda (D66), el Gobierno se ha reunido hoy, pero en calidad de Consejo de Ministros dimisionario, como hace cada viernes. Pero ha sido un Consejo de Ministros especial, al ausentarse los ministros de Economía y de Renovación Administrativa, que dimitieron ayer.
La caída del segundo Gabinete Balkenende se precipitó anoche después de que D66 retirara su apoyo porque la ministra de Inmigración, Rita Verdonk (VVD), se negó a dimitir. Verdonk, que se ha ganado la fama de "mujer de hierro" por su dura política para con los extranjeros, ha estado durante las últimas seis semanas en el centro de la polémica por la retirada del pasaporte a la ex diputada de origen somalí Ayaan Hirsi Ali. A pesar de representar al mismo partido que la ministra (VVD), Hirsi Ali se convirtió en el máximo exponente de la intransigencia de Verdonk a la hora de aplicar las normas migratorias.
A la vez, Verdonk ha conquistado a un electorado conservador en alza en Holanda pero a costa del distanciamiento de D66, el partido más pequeño y más progresista del Gobierno, lo que ayer desembocó en la desintegración de la coalición. Tanto VVD como CDA quieren ahora seguir gobernando en minoría hasta que se celebren los comicios previstos para el 15 de mayo de 2007, pero ambos partidos suman solamente 71 de los 150 escaños del Parlamento.
El líder democristiano en la Cámara Baja, Maxien Verhagen, ha expresado su indignación por la retirada de apoyo de los liberales de izquierda en un momento en el que al Gobierno de tocaba "recoger su cosecha", tras una época próspera económica. Sin embargo, Balkenende -al que se le ha criticado su falta de liderazgo político- intenta convencer de que la crisis actual no puede achacársele personalmente, ya que "yo me he implicado de todo corazón". En su intento de respaldar a Verdonk por la polémica de la ciudadanía de Hirsi Ali, Balkenende reconoció, indignando aún más a la oposición, que la titular de Inmigración había presionado a la ex legisladora somalí para que se disculpara por escrito si quería su pasaporte y así "poder seguir adelante", según el primer ministro.
Los liberales del VVD abogarán con uñas y dientes por un gobierno de minoría como respuesta a "la actuación escandalosa de D66", según ha asegurado su líder, Mark Rutte. Por su parte, los partidos en la oposición, especialmente los laboristas del PvdA, que son el segundo partido más votado en Holanda, exigen a gritos que se adelanten las elecciones para el próximo otoño. "Holanda necesita a alguien que mantenga el Gabinete unido en una situación de crisis", ha dicho su líder, Wouter Bos.
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