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"Yo debía estrellar un avión contra la Casa Blanca"

Zacarias Mousaui, único acusado por el 11-S asegura que él formaba parte de una segunda oleada de ataques

Zacarias Moussaoui, el único procesado en Estados Unidos por los atentados del 11 de septiembre de 2001, ha reconocido hoy, ante el tribunal que lo juzga que pertenece a Al Qaeda. Sin embargo, ha negado que formara parte de los planes del 11-S porque su papel estaba reservado para un momento posterior: debía estrellar un avión contra la Casa Blanca en una segunda oleada de ataques. Para esa misión, según su relato,iba a contar con la colaboración del británico Richard Reid, más conocido como el terrorista del zapato.

Moussaoui, de 38 años, ha tomado la palabra por primera vez durante el proceso, en contra de los consejos de sus abogados defensores. Según su testimonio, recibió de Bin Laden, el terrorista saudí que lidera Al Qaeda, la orden de atacar dicho objetivo y mintió a los investigadores del FBI cuando le detuvieron en agosto de 2001, apenas un mes antes de los ataques.

Su propósito al mentir a los agentes era impedir que se frustaran los ataques. Porque aunque Moussaoui ha negado su participación en los mismos, ha reconocido que sabía de su preparación y de la fecha aproximada de su ejecución. También ha reconocido que sabía que las Torres Gemelas estaban entre los objetivos. Preguntado por el abogado por qué firmó su alegato de culpabilidad como 'El secuestrador número 20', Moussaoui ha asegurado: "Porque todo el mundo me llamaba así y era bastante divertido".

La policía siempre sostuvo que el arrestado formaba parte del comando que finalmente lanzó los aviones contra el Pentágono y las Torres Gemelas. En el ataque participaron 19 terroristas, cinco por cada uno de los cuatro aviones secuestrados, salvo uno en el que sólo subieron cuatro a bordo. Hasta ahora se suponía que ese terrorista que no pudo acceder al aparato era Moussaoui.

Eludir la pena de muerte

La declaración de Mousaui también puede responder a una estrategia para eludir la pena de muerte. El procesado responde en este juicio de la muerte de más de 3.000 personas, las víctimas que produjeron los atentados de aquel día. Moussaoui se ha mostrado tranquilo, aunque sus abogados han intentado evitar hasta el último momento que subiera al estrado. El abogado defensor Gerald Zerkin ha asegurado que su cliente no podía ser un testigo competente porque siente desprecio por el tribunal, sólo reconoce la sharia, ley islámica, y en consecuencia "las afirmaciones que haga no tendrán sentido".

Los fiscales sostienen que Moussaoui desbarató un primer intento de localizar a los atacantes del 11-S y de evitar la conjura cuando fue arrestado en agosto de 2001 por haber transgredido las normativas de inmigración. Indican también que mintió al FBI sobre su integración en la red Al Qaeda y los planes de secuestrar un avión. Para lograr que sea condenado a muerte, los fiscales deben probar que las acciones de Moussaoui -concretamente sus mentiras- fueron responsables directas de al menos una muerte en los ataques. Si no lo consiguen, Moussaoui será condenado a prisión perpetua.

Zacarias Moussaoui
Zacarias MoussaouiREUTERS

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