Latinoamérica es la región más peligrosa para los defensores de los derechos humanos
La zona registra más de un tercio de los casos de represión, según un informe
América Latina fue de nuevo la región más peligrosa para los defensores de los derechos humanos en 2005, con más de un tercio de los casos mundiales de represión a dichos activistas, según un informe del Observatorio para la Protección de Defensores de Derechos Humanos (OPDDH).
"En América Latina, defender los derechos humanos sigue siendo extremadamente peligroso. En esta región, más que en ninguna otra, los defensores de los derechos humanos volvieron a sufrir en 2005 un nivel muy alto de violencia y de inseguridad con motivo de sus actividades de promoción y protección de las libertades fundamentales", señala el OPDDH en su informe, hecho público ayer.
Un total de 420 activistas de derechos humanos sufrieron el pasado año asesinatos, torturas, ataques, amenazas de muerte, detenciones arbitrarias, actos de acoso y vigilancia.
Colombia "ostenta el triste récord del mayor número de sindicalistas asesinados en el mundo" y es "uno de los países más peligrosos para quienes denuncian la política del Gobierno en materia de seguridad y derechos humanos", según el Observatorio.
El país suma 47 de los 79 asesinatos o intentos de asesinato y 77 de las 108 amenazas de muerte de toda América Latina que se recogen en el informe.
El Observatorio dice que algunos Estados, como Chile y Colombia, "han recurrido a legislaciones sobre seguridad nacional para sancionar las actividades de los defensores de los derechos humanos".
Además, denuncia las "campañas de difamación" organizadas "al más alto nivel del Estado" que sufren los defensores de los derechos humanos en Argentina, Colombia, Cuba y México, y "que en ocasiones tienen repercusiones directas sobre la seguridad de los activistas".
Estos actos los cometen, "en la mayoría de los casos, grupos privados o paramilitares" que cuentan "frecuentemente con la complicidad de los agentes de los cuerpos de seguridad que actúan con el consentimiento del Estado", añade el Observatorio, que integran la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) y la Organización Mundial contra la Tortura.
Otra de las características de Latinoamérica fue "la ausencia de una auténtica voluntad política de luchar contra la impunidad de la que gozan" los autores de actos contra los defensores de los derechos humanos, denuncia.
A esto se suma la "criminalización de la protesta social" que practican los Gobiernos de la región, ya sea por medio de trabas a los actos reivindicativos (en Argentina, Bolivia, Cuba y Guatemala) o de la instrumentalización del sistema judicial y de campañas de difamación (como ocurre en países como Brasil, Chile, Colombia, Cuba, México y Venezuela), según el informe del Observatorio.
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