Las represalias chiíes por la voladura de un templo dejan más de cien suníes muertos
El Ejecutivo iraquí insta a la unidad nacional ante el temor a una guerra civil.- El principal partido suní suspende los contactos políticos con los grupos chiíes para formar Gobierno
La policía iraquí ha encontrado en las últimas 24 horas los cadáveres de más de al menos 118 personas asesinadas a sangre fría en Bagdad y sus alrededores, así como en Basora (sur de Irak), tras el atentado de ayer contra un importante santuario chií en la ciudad de Samarra, al norte de la capital iraquí. Según un portavoz del Ministerio del Interior, todos los fallecidos son suníes y perdieron la vida de un disparo en la cabeza como represalia por el ataque al templo de Alí Al-Hadi.
Un total de 52 cadáveres fueron hallados este miércoles en distintos barrios de Bagdad, mientras que otros seis han sido encontrados este jueves en el área de Abu Deshier, al sur de la capital. Además, la policía iraquí ha localizado los cuerpos sin vida de 40 suníes en una carretera de la ciudad de Al Nahrauan, a unos 20 kilómetros al este de Bagdad y cuyos habitantes pertenecen en su mayoría a la rama chií del islam. También han sido encontrado a lo largo del día los cadáveres de una reportera y dos cámaras del canal de televisión saudí Al Arabiya, secuestrados cerca de Samarra por un grupo de hombres armados.
Los tres desaparecieron mientras cubrían el ataque contra la Mezquita Dorada de esa ciudad. Habían estado informando en directo desde los alrededores de Samarra, cerrada por las fuerzas de seguridad tras el atentado. La última conexión en directo con ellos fue a las 18.00 horas, según Al Arabiya. El equipo se disponía a regresar a Kirkuk cuando hombres armados llegaron a bordo de un vehículo realizando disparos al aire y gritando: "Queremos a la corresponsal", relató un cámara que consiguió escapar, según Al Arabiya. A continuación, se los llevaron y sus cuerpos han sido encontrados a unos 10 kilómetros al noreste de Samarra, ha indicado la policía y la cadena de televisión. Más de 60 periodistas han sido asesinados en Irak desde que comenzó la guerra en marzo de 2003, incluidos otros tres corresponsales de Al Arabiya.
Además, fuentes policiales han informado de que once presos que estaban recluidos en una cárcel de Basora por delitos relacionados con acciones de violencia han sido secuestrados y asesinados por hombres armados. Según las citadas fuentes, las víctimas, entre las que hay dos egipcios y tres saudíes, habían sido detenidas por las fuerzas de seguridad iraquíes bajo la acusación de estar vinculadas con los grupos suníes de la insurgencia en Irak.
Los últimos cadáveres encontrados han sido los de otras nueve personas, asesinadas en distintos barrios de Bagdad.
Temor a una guerra civil
Según fuentes oficiales, el Gobierno iraquí, controlado por los chiíes, mayoritarios en el país, ha tomado medidas para reforzar la protección de los santuarios y los lugares de culto de las distintas confesiones religiosas. También ha decidido reconstruir "lo más rápidamente posible" el templo del imán Alí Al-Hadi, donde la destrucción de su famosa cúpula dorada no sólo ha desatado la ira de los chiíes en todo Irak, sino también en países como Irán, cuyos habitantes son en su mayoría seguidores de esa rama del islam. Grupos políticos y religiosos suníes han denunciado la quema de más de cien mezquitas suníes tras el atentado contra el santuario chií en Samarra.
El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, ha acusado a EE UU e Israel del atentado al afirmar que ha sido obra de "derrotados sionistas y ocupantes". "Invaden el templo y lo bombardean porque se oponen a Dios y a la justicia", ha declarado Ahmadineyad ante una multitud de miles de personas en el suroeste de Irán, en referencia a las fuerzas multinacionales en Irak que encabeza EE UU. "Estas actividades son actos de un grupo de derrotados sionistas y ocupantes que intentaron golpear nuestras emociones", ha añadido. Dirigiéndose a EE UU, ha agregado: "Debéis saber que este tipo de actos no os salvarán del odio de las naciones musulmanas".
Boicot suní a los contactos políticos con los chiíes
El Gobierno de Irak ha llamado a la calma y ha instado a los ciudadanos a fortalecer "la unidad nacional". El presidente del país, el kurdo Yalal Talabani, ha advertido del riesgo de que la situación degenere en una guerra civil por motivos religiosos. El Ejecutivo ha decidido convocar a los ulemas (doctores) de todas las confesiones para participar en una conferencia cuyo objetivo sea reforzar el diálogo nacional y reducir las tensiones entre la comunidad chií y suní. Talabani ha calificado el atentado en Samarra de "crimen para incitar al odio sectario".
El principal partido político suní ha suspendido las conversaciones con chiíes y kurdos sobre la formación del nuevo Gobierno hasta que el Ejecutivo actual, liderado por chiíes, se disculpe por los asesinatos y ataques contra mezquitas suníes. "Estamos esperando una denuncia clara por parte de la coalición chií, pero no se ha producido", ha manifestado Rashid al Azawi, portavoz del Frente del Acuerdo Iraquí, principal facción suní, que ha acusado al Gobierno de no proteger las mezquitas suníes. Además, han anunciado su boicot a las conversaciones para la formación de un gobierno liderado por los chiíes de la Alianza Unida Iraquí (AUI).
Al menos 16 muertos en un atentado en Baquba
Al menos 16 personas, entre ellas ocho soldados iraquíes, han muerto y otras 20 han resultado heridas hoy como consecuencia de un atentado en la ciudad de Baquba, a unos 60 kilómetros al noreste de Bagdad.
Según fuentes policiales, varias bombas, ocultas en un carromato aparcado en el arcén de una carretera, han hecho explosión cerca de un mercado de Baquba.
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