Una provincia ecuatoriana, en estado de excepción por una huelga
El presidente suspende varios derechos ciudadanos en Napo
El presidente ecuatoriano, Alfredo Palacio, declaró el martes por la noche el estado de excepción en la provincia amazónica de Napo para intentar frenar una violenta protesta de sus habitantes, que reclaman al Gobierno los servicios que prometió a la región. El jefe del Estado dispuso que el territorio de Napo sea considerado "zona de seguridad" y suspendió varios derechos ciudadanos en esa jurisdicción, donde se asienta una buena parte de la industria petrolera nacional.
Además, Palacio ordenó a la fuerza pública, militares y policías, que controlen la seguridad en la zona y que acometan todas las medidas necesarias para restablecer la normalidad en la región, sometida a la paralización de actividades desde el pasado domingo.
El 95% de los campos de producción de petróleo en Ecuador se encuentra en las provincias de Napo, Sucumbíos y Orellana, que junto a Morona Santiago y Zamora Chinchipe, forman la región amazónica del oriente ecuatoriano.
Pese a que de esas provincias sale la mayor riqueza del país, sus habitantes carecen de servicios básicos como alcantarillado, agua potable, infraestructura sanitaria, vialidad, educación y vivienda.
La protesta en Napo, a la que se podrían sumar desde la próxima semana otras provincias amazónicas, responde al incumplimiento por parte del Gobierno de la asignación de recursos que se había comprometido a entregar a esa jurisdicción hace varios meses para la construcción de una red vial, un aeropuerto y otras obras publicas.
El secretario de la Administración Pública, José Modesto Apolo, aseguró que la medida intenta proteger a la población de las acciones violentas de los manifestantes, así como prevenir hechos que puedan comprometer a la industria petrolera.
Varios heridos
El estado de excepción se declaró pocas horas después de que tres manifestantes resultaran heridos de bala, por disparos de militares, en una estación de bombeo de petróleo, en la localidad de Sardinas, que forma parte del sistema de Oleoducto de Crudos Pesados (OCP). Decenas de manifestantes ocuparon el martes esas instalaciones y obligaron a la firma OCP-Ecuador a suspender el funcionamiento de ese oleoducto, que transporta unos 160.000 barriles diarios de crudo.
El OCP es administrado por un consorcio integrado por la petrolera Encana (Canadá), Repsol YPF (hispano-argentina), Petrobras (Brasil), Occidental (EEUU), Perenco (Francia) y Agyp (Italia).
La suspensión se ordenó pocas horas después de que la empresa estatal Petroecuador anunciara la reanudación de sus exportaciones de crudo, tras reparar un oleoducto de su propiedad, por el que transporta unos 360.000 barriles diarios, que también sufrió averías por la acción de manifestantes que ocuparon la estación de bombeo de El Salado, cercana a la de Sardinas.
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