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Sharon dimite y abre la vía para celebrar elecciones anticipadas en Israel

El Parlamento israelí acuerda su disolución sin ningún voto en contra.- Los comicios se celebrarán el 28 de marzo

El primer ministro israelí, Ariel Sharon, ha presentado su dimisión al presidente de Israel, Moshe Katsav, como paso previo para que éste disolviera el Parlamento y convocase elecciones anticipadas, tal y como pactó la semana pasada con el nuevo líder de los laboristas, Amir Peretz. Sharon también ha comunicado al presidente su salida del bloque del Likud, que abandona para poder concurrir a los comicios como jefe de un nuevo partido derechista que se propone crear.

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Horas después, el Parlamento aprobaba una moción para disolver la Cámara por 84 votos a favor, ninguno en contra y diez abstenciones. Katsav ha sancionado luego la decisión de los diputados de celebrar las elecciones el 28 de marzo. "El primer ministro me ha demandado la disolución de la Knesset (Parlamento) dado que, en su composición actual, no permite el funcionamiento correcto del Gobierno", ha dicho el presidente tras reunirse con Sharon.

Sharon ha confirmado por la tarde su salida del Likud, el partido del que fue cofundador en 1973 y que dirige desde hace seis años, y que ahora abandona para formar otro nuevo que ha bautizado como Responsabilidad Nacional. "Permanecer en el Likud significa perder el tiempo en conflictos políticos en lugar de actividades por el bien del Estado", ha explicado en rueda de prensa. Respecto al programa de su nueva formación, ha señalado que su intención es definir las fronteras entre Israel y los territorios palestinos, y que no planea ceder más tierra una vez llevada a cabo por iniciativa suya la retirada de Gaza.

La legislatura debía extenderse hasta finales de 2006, pero la elección del nuevo líder laborista hace dos semanas ha trastocado por completo la vida política israelí. Peretz anunció, nada más conocerse su elección en detrimento del histórico líder Simón Peres, que retiraría a los ministros laboristas del Gobierno de coalición de Sharon, lo que obligaba a este a convocar elecciones anticipadas, hecho que acordaron en una reunión la semana pasada.

Pero además, Sharon tenía otros problemas dentro de su propio partido, el derechista Likud. Su liderazgo en él se veía más que seriamente amenazado por un levantamiento 'rebelde' situado a la derecha de la derecha que no le perdona su retirada de Gaza. Desde que anunció su plan y hasta su cumplimiento, en septiembre, todo han sido palos en las ruedas para el primer ministro, tanto en el partido como en el Gobierno. Muchos ministros han abandonado el Gabinete o Sharon ha tenido que deshacerse de ellos por su oposición al plan, mientras que los rebeldes del grupo parlamentario le ha dado más de un quebradero de cabeza para conseguir mayorías.

Mientras, dentro del Likud, muchos se han opuesto a su plan, en particular el ex primer ministro Benjamín Netanyahu, que probablemente le arrebataría la jefatura del partido si se enfrentaran en unas primarias. No obstante, no sólo Netanyahu aspira a sucederle en el Likud. Ministros como Saul Mofaz, Silvan Shalom, Israel Katz y la ministra Limor Livnat se declararon ayer dispuestos a luchar por la jefatura del partido.

Por ello, Sharon, a sus 77 años, apuesta por embarcarse de nuevo en la lucha por la jefatura del Gobierno a lomos de un nuevo partido, de corte centrista, que se sitúe entre el radicalizado Likud y el más escorado nuevo laborismo de Peretz. De hecho, no se descarta que cuente para su nuevo partido con el hasta ahora vicepresidente del Gobierno y desbancado líder histórico laborista, Simón Peres. "Simón, éste es el principio de nuestro trabajo juntos. No permitiré que te apartes de la misión a la que estás destinado. Reclamaré tu ayuda en el futuro", le dijo Sharon a Peres durante la última reunión del Gabinete. Además, el primer ministro ha logrado reclutar para su proyecto a 14 parlamentarios del Likud, incluyendo a cinco ministros.

Ariel Sharon, a la izquierda, saluda a Moshe Katsav, antes de su reunión en la residencia del presidente.
Ariel Sharon, a la izquierda, saluda a Moshe Katsav, antes de su reunión en la residencia del presidente.REUTERS

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