La 'tercera opción' gana terreno en el PRI
Aumenta la crisis de credibilidad de los precandidatos a la presidencia mexicana
La búsqueda de un candidato alternativo del Partido Revolucionario Institucional (PRI) para las elecciones presidenciales mexicanas de 2006, ante el desgaste que sufren Roberto Madrazo y Arturo Montiel —saldo de una guerra sucia de denuncias y ataques cruzados—, cobró fuerza cuando el gobernador del Estado de Sinaloa, el priísta Jesús Aguilar Padilla, lanzó la idea de un tercero en discordia.
Madrazo, ex presidente del PRI y considerado como un gran dinosaurio del viejo sistema político mexicano, parece el hombre a vencer, pero tiene muchos enemigos internos, sobre todo la ex secretaría general Elba Esther Gordillo, líder del sindicato de profesores, que agrupa a más de un millón de sindicalistas, cuyos dirigentes corporativistas ya han advertido que lucharán por impedir que "se dé un madrazo [mexicanismo que significa golpe fuerte] a México".
El priísta Federico Berrueto, un crítico del viejo sistema político, comentó que "con lo que ha ocurrido lo más inteligente sería una candidatura que no solamente unificara o reconciliara dentro del PRI, sino que presentara una cara al margen de la duda, de la impugnación". Pero es una tarea difícil de concretar debido a las reglas y resistencias personales.
Sobre si sería Roberto Madrazo el principal obstáculo para la salida de la tercera opción, Berrueto dijo que "así lo considero, Madrazo, aunque él ha reconocido —en lo privado— sus dificultades para ganar la elección presidencial, estimo que él sería quien más se resistiría a esa posibilidad".
Las denuncias sobre potenciales malas prácticas y las fracturas en el priísmo, comenta Francisco Abundis, director de la encuestadora Parametría, han dado lugar a que entre la gente del PRI se tenga ya una seria "percepción de que el desgaste ha sido muy fuerte, y que afecta tanto a Madrazo como a Montiel".
Abundis explica que en buena medida esta segunda opción para la selección interna, que resulta muy atractiva en ciertos grupos del PRI, estará en manos del presidente del PRI, Mariano Palacios Alcocer. Habrá que ver que si es "tan madracista que no permitiría que se abra la convocatoria [registro de candidatos, que se cerró la semana pasada]".
Abundis dijo que "el priísta en general ve con simpatía esto de una candidatura emergente". Todo en un escenario en el cual las encuestas dan como gran favorito para vencer en la contienda al izquierdista Andrés Manuel López Obrador.
Daños por las denuncias
Es cierto que la figura de Montiel ha resultado dañada por las denuncias, pero también sufre su adversario, ya que el diputado José Ángel Ibáñez, presidente de la Comisión Política del sindicato de maestros, dejó claro que con "Madrazo no hay proyecto ni sustancia, es simple ambición. Ni un paso atrás en la lucha para evitar que se dé un madrazo a México".
Ante esta situación, el gobernador de Sinaloa llamó a los priístas a dejar de lado las fricciones y volver a la unidad en el proceso interno, cuestiones que de no darse obligarán a que se proponga a un "tercero en discordia", al que "destapó": Enrique Jackson.
Los analistas políticos afirman que el tema de la tercera opción está sobre la mesa de notables del priísmo. Los nombres que se mencionan, además Jackson, son los de Beatriz Paredes, actual precandidata del PRI al Gobierno de la ciudad de México, y Natividad González, gobernadora del Estado de Nuevo León.
Plaza difícil
Abundis comentó que "Natividad no ha expresado una preferencia de participar a nivel presidencial. Beatriz lo ha hecho primero de alguna manera al aceptar [competir] por una plaza muy difícil [como es la ciudad de México, dominada por el Partido de la Revolución Democrática de López Obrador]". "Jackson sería el natural como la otra figura que ha manifestado interés", dijo Abundis.
La moneda está en el aire, pues se ve difícil que los precandidatos priístas se unan en busca de una salida novedosa y democrática.
Berrueto comentó que en el camino de la nueva vía "habría alguien más. Hay más nombres, pero el problema no es el nombre sino la voluntad, y tendría que ser de todos los frentes. No es —desde mi punto de vista— una cuestión sencilla ni fácil de encontrar".
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