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El juez que investiga las cuentas de Pinochet asciende al Supremo y abandonará el caso

Abogados de derechos humanos critican el relevo de Sergio Muñoz antes de concluir el sumario

Sergio Muñoz, el juez que investiga las millonarias cuentas secretas del ex dictador chileno Augusto Pinochet, dejará el sumario de este caso en los próximos días, después de que el Senado aprobara, por 36 votos a favor y ocho en contra, su ascenso a la Corte Suprema.

Muñoz, de 48 años de edad, se transformará en el magistrado más joven en llegar al máximo tribunal. Considerado como independiente y profesional, Muñoz reemplazará al juez jubilado Hernán Álvarez, el último que quedaba en la Corte Suprema nombrado por el ex dictador.

Parco y partidario de hablar a través de sus fallos, Muñoz se limitó ayer a agradecer su ascenso y sostuvo que su trabajo de investigador requiere de la colaboración de la policía y se realiza en equipo.

"No creo contribuir con mi desempeño a hacer más verdad y justicia. Yo creo que lo puede hacer cualquier juez profesional de la República", afirmó.

Respecto a su reemplazo en el caso que investiga la supuesta corrupción del ex dictador, dijo que ejercerá su labor hasta el último día y no considera que haya inconveniente en que otro magistrado prosiga su labor. Algunos abogados de causas de derechos humanos han criticado que Muñoz salga del caso de las cuentas secretas de Pinochet antes de terminar el sumario. El futuro de esta causa, que Muñoz deja avanzada y está a la espera de que la Corte Suprema resuelva sobre el recurso de la defensa de Pinochet al fallo de la Corte de Apelaciones de Santiago que lo desaforó, dependerá de quién sea nombrado en su lugar.

Por turno, debería sucederle el magistrado Jorge Zepeda, que investiga el caso de Colonia Dignidad, la hacienda que dirigió el pederasta y ex nazi Paul Schäfer, donde se torturó y asesinó a prisioneros políticos en la dictadura. Pero como este juez se encuentra ocupado con esa causa, fuentes judiciales creen que será nombrada la magistrada Dobra Lusic, que ya le ha sustituido durante las vacaciones y ha sido minuciosa al interrogar a todo el personal subalterno de Pinochet.

Apoyo de la derecha

Aunque la votación en el Senado fue secreta, por el número de votos que consiguió, Muñoz recibió el apoyo de cerca de la mitad de los senadores de la derecha, más los de la coalición gobernante de socialistas y democristianos. El presidente, Ricardo Lagos, lo designó a su vez de una lista de cinco jueces que le propuso la Corte Suprema para llenar la vacante de Álvarez, a pesar de que entre los miembros de esta quinta Muñoz era quien menos votos recibió de los jueces del Tribunal Superior.

Con el actual sistema de designación de los jueces de la Corte Suprema, que ha sido criticado por este mismo tribunal, Lagos no puede lograr la nominación de un magistrado sin los votos de al menos una parte de la derecha, lo que implica negociar cada nombre. Hace unos meses, por saltarse esta regla tácita de la transición chilena y proponer el ascenso de una juez, la derecha votó contra su nominación.

El próximo nombre que propuso Lagos a la Suprema, el de un juez partidario de amnistiar a los militares y que siempre ha votado en los fallos a favor del ex dictador, Rubén Ballesteros, sí logró ese respaldo y ascendió.

La Moneda eligió a Muñoz para equilibrar esta decisión previa y además porque difícilmente iba a poder ser rechazado, dados sus méritos reconocidos como investigador. Magistrados como Muñoz "honran la carrera judicial chilena", afirmó Lagos. En su currículo, Muñoz tiene, entre otros méritos, haber aclarado en 18 meses el crimen del dirigente sindical Tucapel Jiménez, asesinado por agentes de la dictadura de Pinochet, después de que otro juez hubiera fracasado en 14 años de investigación del mismo caso, y otros episodios de violaciones a los derechos humanos. Tampoco podrá terminar otra investigación, la de un caso de un empresario acusado de pedofilia, donde aparecían comprometidos parlamentarios de la derecha.

La apuesta de La Moneda funcionó. Una parte de la derecha, que todavía tiene cariño hacia el ex dictador, votó para que este juez dejara la investigación que más complica a Pinochet. Muñoz representa una nueva generación de jueces que, en el momento del golpe militar de 1973, era adolescente y que para ascender aprendió a ser cautelosa.

El ministro de Justicia, Luis Bates, resaltó que a Muñoz le correspondieron procesos de gran repercusión pública, en los que ejerció atribuciones propias de un juez, es decir, "una función delicada, no protagónica". Su ascenso a la Corte Suprema coincide con la vigencia de la reforma procesal penal que cambió los juicios escritos por los orales e introdujo la figura de los fiscales y defensores públicos.

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