Detenidos los gerentes de un asilo donde murieron 34 ancianos tras el Katrina

Los dos propietarios de un asilo de ancianos de Nueva Orleans donde fueron encontrados 34 cadáveres han sido arrestados en la capital de Luisiana acusados de homicidios por negligencia, han informado las autoridades. La Oficina del Fiscal General de Luisiana ha dicho que los arrestados declinaron el ofrecimiento de enviar autobuses para la evacuación del lugar.

Los propietarios de la Enfermería Santa Rita, en Chalmette "fueron interrogados sobre si querían cambiarlos de sitio (a los pacientes). Contestaron que no. Les advirtieron repetidamente que la tormenta se estaba acercando. En efecto, su no actuación provocó las muertes de estos pacientes", ha manifestado el abogado general de Luisiana, Charles Foti.

Salvador A. Mangano y su mujer, Mable, se han entregado y han sido encarcelados por 34 cargos de homicidio negligente, cada uno de los cuales suma cinco años de prisión. El matrinomio tenía un plan de evacuación de acuerdo a la legislación del estado y un contrato con un servicio de ambulancias para evacuar a los pacientes, pero, según Foti, no llamaron a la compañía. El abogado también ha indicado que los acusados rechazaron una oferta de los oficiales de San Bernard Parish, que les preguntaron si querían que les ayudaran a evacuar la enfermería.

Este escándalo se suma al impacto que produjo el hallazgo de 45 cadáveres en un hospital de Nueva Orleans el domingo. Según la compañía propietaria del centro, esas personas fallecieron antes de que fuera evacuado, cuatro días después del huracán, e incluso antes de su paso, y quedaron allí cuando se vació el centro porque la prioridad era sacar a los vivos de la ciudad inundada. El Memorial Medical Center, según declaran médicos de su personal, aguantó bien el embate del Katrina, pero quedó aislado, sin luz, sin agua y con cada vez menos medicamentos cuando cedieron los diques que protegen Nueva Orleans y se vio rodeado por las aguas. Según declaraciones de médicos y de responsables de Tenet Healthcare, propietaria del centro, muchas familias de enfermos e incluso vecinos de los alrededores se concentraron en las salas de espera y pasillos del hospital durante el huracán y luego permanecieron allí durante cuatro días a la espera de ser evacuados.

Antes de que el hospital quedara vacío, los allí refugiados tuvieron que sobrevivir sin agua, sin apenas comida y los enfermos tuvieron que pasar sin medicinas, ya que los suministros del hospital pronto comenzaron a agotarse. Además, tuvieron que soportar temperaturas cercanas a los 40 grados, dado que no funcionaba la ventilación. Algunos de los enfermos murieron mientras esperaban a ser evacuados. Cuando finalmente fueron evacuados en barcas, se dejó allí a los fallecidos, dado que la prioridad era salvar vidas.

El balance oficial de víctimas, siempre provisional, es de 513 muertos, 279 de ellos en Luisiana, 218 en Misisipi, 14 en Florida y dos en Alabama. En principio se temió que el número de fallecidos fuera mucho mayor y la administración estadounidense encargó 25.000 bolsas para guardar cadáveres. Entre las víctimas mortales no hay de momento ningún extranjero.