Un apagón deja sin energía eléctrica a la ciudad de Los Ángeles
La mayor parte de la ciudad recupera el suministro dos horas después de un fallo originado por un operario
La mayor parte del área metropolitana de Los Ángeles ha comenzado a recuperar el suministro eléctrico dos horas después del gran apagón que ha afectado a corazón de la ciudad y a gran parte del área metropolitana. Las autoridades, que desde el primer momento habían descartado la posibilidad de un atentado, han atribuido el apagón al corte accidental, originado por el fallo de un operario, de un circuito. Así, la ciudad recupera la normalidad tras el gran caos circulatorio generado por la falta de suministro.
Según ha confirmado Robert Rosansky, del Departamento de Energía de la ciudad, el apagón ha sido un accidente, "el error de un empleado" mientras trabajaba con su equipo en uno de los principales repetidores eléctricos de la urbe, situado entre el corazón de Los Ángeles y el municipio de Burbank, al norte de la ciudad. Al parecer, el trabajador cortó una importante línea de distribución y al volver a conectar el servicio lo hizo por esa línea cortada. Este error puso en marcha el sistema automático preventivo que al detectar problemas en la línea generó una cadena de apagones en el resto de los generadores de la zona.
El apagón se ha iniciado poco después de la una de la tarde, hora local, y ha afectado no sólo al corazón de Los Ángeles, sino a buena parte del área metropolitana, desde el Valle de San Fernando, al norte de la ciudad, al Condado de Orange, al sur.
La mayor parte del área metropolitana afectada recuperó el suministro dos horas después, incluido el corazón de Los Angeles y barrios como Hollywood, Studio City, Silver Lake o Glendale y Burbank, entre otros. El corte del suministro eléctrico no ha afectado al aeropuerto Internacional de Los Ángeles, que tiene un sistema de emergencia y que ha continuado su actividad sin que se cancelara ningún vuelo.
El miedo a un atentado
Las autoridades de Los Angeles han insistido en todo momento en que no existían "indicios de sabotaje o terrorismo" en el gran apagón. Sin embargo ésta fue la pregunta a la que tuvieron que responder una y otra vez en especial ante la última amenaza de un supuesto militante de Al Qaida contra la ciudad. La cadena de televisión ABC News mostró el domingo una cinta donde un varón enmascarado, supuestamente el joven californiano Adam Gadahn, convertido al Islam durante su adolescencia, afirmaba que "ayer fueron Londres y Madrid. Mañana, Los Angeles y Melbourne".
Después de que el suministro regresara, la policía de Los Angeles continúa en estado de alerta táctica aunque su función es la de asistir al departamentos de transporte en el que será ahora el mayor problema en la ciudad: el tráfico. Según medios locales, más de 1.500 semáforos han quedado fuera de servicio y a medida que vuelva la luz tendrán que ser programados manualmente.
Aunque este problema puede crear un caos circulatorio en una ciudad conocida por sus grandes atascos, un portavoz de la policía ha asegurado que los conductores están mostrando "grandes dosis de civismo". Además son numerosas las empresas que han cerrado sus puertas con motivo del apagón permitiendo a sus empleados que regresen temprano a sus hogares para evitar las congestiones de tráfico propias de la hora punta. Los equipos de emergencia también continúan sus labores de rescate en la ciudad, en especial a los que han quedado atrapados en los ascensores.
Dos años después del apagón de Nueva York
Hace poco más de dos años, un gran apagón dejó a oscuras a 50 millones de personas en el sureste de Canadá y el noreste de EE UU, incluida la ciudad de Nueva York. El 14 de agosto de 2003, un fallo eléctrico en el estado de Ohio provocó un efecto dominó que se extendió por el noroeste de EE UU y sureste de Canadá, y ocasionó el mayor apagón de la historia del país, que duró en algunos lugares hasta casi cuatro días.
Este suceso puso de manifiesto las deficiencias del sistema de suministro de energía de Estados Unidos, cuyo importante deterioro no se corrige con inversiones en mantenimiento. También expuso la constante sobrecarga debido a la carencia de líneas y la ausencia de un sistema que evite la propagación en cadena de un fallo eléctrico. Un buen sistema de comunicación hubiera permitido que Ohio obtuviese de otra central los 2.000 megavatios que necesitaba, con lo que se hubiera detenido el apagón, aseguró un investigador de la Comisión de Servicio Público de Michigan, Paul Proudfoot. El sistema eléctrico estadounidense está desregulado desde 1992, lo que ha dejado desde entonces en manos de las empresas el cumplimiento de unos estándares de calidad que, en cualquier caso, son voluntarios.
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