El ex ministro brasileño Dirceu acude al Congreso salpicado por nuevas denuncias
La convocatoria del ex ministro brasileño José Dirceu para declarar ante el Congreso por las denuncias de corrupción es inevitable. Está programado para esta tarde un verdadero duelo entre el ex poderoso ministro del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que renunció al cargo tras las acusaciones del ex presidente del Partido del Trabajo de Brasil (PTB), Roberto Jefferson, de haber estado al tanto del supuesto sistema de sobornos para comprar los votos de los diputados, y el mismo Jefferson, que ya ha anunciado que estará en primera fila en la Comisión de Ética.
A las puertas de que Dirceu declare acusado de corrupción, nuevas sospechas complicaron ayer la situación de quien era considerado la mano derecha de Lula. Dirceu, según abogados del publicista Marcos Valerio Fernandes, tenía estrechas relaciones con las directivas de los bancos de Minas Gerais y Rural, claves en la arquitectura financiera que alimentó los supuestos sobornos. Jefferson está a su vez implicado en asuntos de corrupción en la empresa estatal de Correos y está siendo procesado porque cuando acusó al PT de sobornar a legisladores no aportó pruebas sólidas.
Duelo mediático
Es tal la expectativa del duelo que en Río de Janeiro, por ejemplo, el alcalde Cesar Maia ha anunciado que pondrá pantallas gigantes en las calles para que todo el mundo pueda seguir el espectáculo. En su primera y famosa intervención ante la Comisión de Ética del Parlamento, hace tres meses, Jefferson, tras revelar un esquema de corrupción del Gobierno que se ha ido demostrando verdadero, le dijo a Dirceu: "Vete del Gobierno cuanto antes si no quieres convertir en reo a un inocente", refiriéndose al presidente Lula. Dos días despues, Dirceu abandonaba el Gobierno para volver al Parlamento como simple diputado.
Según personas próximas a Dirceu, él se siente abandonado tanto por el partido como por el Gobierno, que ofrecerían su cabeza a la oposición para evitar la renuncia de Lula. Lo que ocurre es que Dirceu, ex guerrillero, que se había entrenado en Cuba durante el exilio, ha dejado saber que él "no daba un paso en el Gobierno sin que lo supiera el presidente". La permamencia de Lula en el cargo va a depender mucho de lo que cuente hoy Dirceu, ya que el dilema es si Lula sabía o no lo que estaba ocurriendo en su Gobierno y en su partido que, según las investigaciones de la Comisión de Investigación pudo haber manejado hasta cuatro mil millones de reales (más de mil millones de euros) de dinero ilícito.
Por otra parte, el presidente del Partido Liberal de Brasil (PL), Valdemar Costa Neto, dimitió ayer de su cargo y reconoció haber recibido dinero del PT y haberlo utilizado para pagar los costos de la campaña de 2002.
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