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Berlusconi anuncia su intención de concurrir a las elecciones generales de 2006

El primer ministro podría presentarse para, en caso de ganar, luego dimitir y ser elegido presidente de la República

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha despejado esta tarde las incertidumbres sobre su futuro político al señalar que se presentará a las elecciones para revalidar su cargo, previstas para mayo de 2006. Queda por ver si su plan es acudir como candidato a las urnas para luego dimitir y ser elegido presidente de la República, un cargo que queda libre en junio del año que viene.

Berlusconi atravesó hace apenas dos meses sus horas más bajas desde que llegó al cargo en 2001; la coalición gobernante sufrió un fuerte varapalo en las elecciones regionales parciales, lo que desencadenó una crisis en su seno que estuvo a punto de descabalgar al Ejecutivo (durante unas horas se quedó en minoría en el Congreso por la deserción de los democristianos) y forzar la convocatoria de elecciones anticipadas.

Llegó hasta tal punto la crisis que sus socios en el Ejecutivo se plantearon en voz alta sustituirle como líder antes de las elecciones de 2006, e incluso encontraron a su sucesor en la figura de Pierferdinando Casini, democristiano y presidente de la Cámara de Diputados. Berlusconi reaccionó con un proyecto para refundir todo el espectro de centroderecha en una sola formación, el Partido de la Libertad, para usarlo como ariete para llegar a la presidencia de la República.

El plan de Berlusconi está inspirado en el modelo inglés; aunque es probable que no se pueda lograr la unificación a la que aspira Berlusconi, por la tensión entre los distintos partidos de centroderecha, lo que le importa es dar cierta idea de unidad frente al centroizquierda, que también intenta llegar más o menos al mismo paso a los comicios. Su hombre será con toda probabilidad Romano Prodi, que antes deberá ser designado candidato en unas primarias.

Ya en mayo, Berlusconi se presentaría a las elecciones, como hoy ha confirmado, pero con el compromiso implícito de dimitir en caso de ganarlas. Entonces, Casini pasaría a ocupar el puesto de primer ministro, y Berlusconi sería nombrado por un Parlamento con mayoría de centroderecha como presidente de la República. Y es que la nueva Cámara emanada de las urnas deberá elegir al sustituto de Carlo Azeglio Ciampi, cuyo mandato concluye en junio de 2006.

Del éxito de este plan depende no sólo el futuro político de Berlusconi, sino también gran parte de su futuro personal. En caso de una victoria de centroizquierda, la jugada sería la contraria: se harían con la jefatura de Gobierno y la presidencia de la República. Y Berlusconi, ya como ciudadano de a pie, tendría que vérselas con la Justicia, que ha paralizado los procesos emprendidos contra él a la espera de que abandone su cargo.

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