La cumbre de Mercosur acuerda crear un 'anillo energético' contra la escasez de gas
Paraguay y Uruguay serán los principales beneficiarios del fondo estructural pactado en Asunción
La crisis energética por escasez de gas que el año pasado vivió Argentina y afectó a sus vecinos Chile, Uruguay y Brasil alumbró la idea de impulsar la integración energética y el proyecto se aceleró por la convulsión política y social en Bolivia, el mayor productor de gas de la región.
La Declaración de Asunción, rubricada ayer, señala que la propuesta permitirá "lograr la autonomía energética regional y contribuir al crecimiento económico sustentable".
"Esta integración energética es el símil de aquella Comunidad del Carbón y del Acero de la Europa naciente", consideró el titular de la Comisión de Representantes Permanentes de Mercosur, el ex presidente argentino Eduardo Duhalde, en alusión a la organización que hace medio siglo fue el germen de la Unión Europea.
La idea inicial prevé la construcción de un gasoducto desde Pisco (norte de Perú) hasta Tocopilla (norte de Chile), en un recorrido de unos 1.200 kilómetros de longitud y con una capacidad de transporte de unos 30 millones de metros cúbicos diarios. Parte del gas se transportará a Argentina, Brasil y Uruguay a través de la red de gasoductos ya existentes.
La construcción del anillo, que demandará una inversión de 2.500 millones de dólares, permitirá reducir la vulnerabilidad de estos países que, en gran medida, dependen del gas de Bolivia, donde la explotación de los hidrocarburos por parte de empresas extranjeras ha originado protestas de los movimientos populares.
Convergencia estructural
El segundo gran acuerdo adoptado en la 28ª Cumbre de Mercosur consistió en el anuncio de la creación, para el año próximo, de un Fondo para la Convergencia Estructural y Fortalecimiento de las Instituciones de Mercosur (FOCEM) que dispondrá de 100 millones de dólares anuales, aportados por los Estados miembros. El 70% del fondo provendrá de Brasil; el 27%, Argentina; el 2%, de Uruguay, y el 1%, de Paraguay. Este último país se verá beneficiado con 48 millones de dólares; Uruguay, con 32 millones, y Argentina y Brasil, con 10 millones cada uno.
También se acordó la creación de un fondo social especial para erradicar la extrema pobreza y la exclusión social.
Por primera vez en años de convocatorias de este tipo de cumbres, los mandatarios que representaron a los países miembros y asociados a Mercosur se quitaron las máscaras a la hora de tomar el micrófono para sus intervenciones protocolares. "Fue una reunión muy transparente. Es el estilo que ahora están adoptando los presidentes", explicó a EL PAÍS Rubén Ramírez Lezcano, coordinador general de la cumbre por parte de la cancillería paraguaya.
Comenzó con este nuevo estilo el propio anfitrión, Nicanor Duarte Frutos, de Paraguay, hasta ahora presidente temporal de Mercosur, quien manifestó su disconformidad con el estatus de Paraguay: "Las medidas de tratamiento preferencial no son suficientes para dejar atrás las limitaciones comerciales y las discriminaciones arancelarias que todavía subsisten ( ) Vemos con preocupación que la ampliación de las fronteras comerciales y la diversificación de mercados, con más de 25 países, expresan en Mercosur una mayor generosidad con los extraños que con los mismos socios".
Duarte dijo también que era deber de gobernantes y ciudadanos lograr que la palabra Mercosur "bajara al contenido de una realidad incontrastable".
Tabaré Vázquez, presidente de Uruguay, tomó el martillo, símbolo que marca el consenso en las negociaciones del foro, para continuar al frente de Mercosur durante los próximos seis meses.
"Uruguay está fuertemente comprometido con la integración regional. Una integración concebida desde nuestras fronteras, no como línea divisoria sino como ámbito de encuentro y unión para el desarrollo conjunto, en un mundo cuya complejidad anida grandes peligros pero también enormes y auspiciosas posibilidades. Uruguay quiere más y mejor Mercosur", afirmó Vázquez.
Le siguió su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva. Brasil es el socio más grande de Mercosur e intenta imponer sus criterios en lo referente a su representación ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y la formación de un Parlamento de Mercosur para finales de 2006. Además, mantiene desavenencias con Argentina por cuestiones puramente comerciales. "No podemos negar que hemos enfrentado dificultades en esta caminata. No hay cómo esconder cierto malestar. Nuestro esfuerzo no se ha traducido en beneficios reales, especialmente para los países menores", admitió. Lula propuso la elaboración de una lista de los temas pendientes en la agenda económica de Mercosur. "Y en eso, mi querido Tabaré", especificó, dirigiéndose al mandatario uruguayo, "puede contar con nuestra colaboración para que su presidencia pro tempore sea muy productiva".
Ricardo Lagos, presidente de Chile, fue positivo al señalar que Mercosur hacía lo correcto al reconocer las asimetrías entre sus socios: "Tenemos que predicar con el ejemplo para tener legitimidad afuera, si queremos ir a discutir lo que ocurre con los subsidios agrícolas en Europa o la legislación antidumping con Estados Unidos". Sin embargo, en otro momento de su intervención añadió con pragmatismo que era inútil invertir en grandes obras sin solucionar cuestiones de orden práctico.
El presidente argentino, Néstor Kirchner, sólo estuvo en Paraguay durante cinco horas; el pasado domingo regresó a su país para asistir en Rosario a los actos oficiales del Día de la Bandera.
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