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CUMBRE DE LA UE

Reino Unido amenaza con vetar el presupuesto europeo si se congela el 'cheque' británico

Los Veinticinco afrontan en Bruselas una difícil negocación sobre el presupuesto y un debate acerca del futuro de la Constitución

Los jefes de Estado y de Gobierno de los Veinticinco se dan cita esta tarde y hasta mañana en Bruselas, escenario de una trascendental cumbre europea en la que se busca una salida a la doble crisis abierta en el seno de la Unión tras el no franco-holandés a la Constitución y las profundas diferencias entre Reino Unido y el eje franco-alemán respecto al presupuesto para el periodo 2007-2013, el primero que engloba a los diez nuevos miembros.

Sobre este último aspecto se ha referido a su llegada a la capital comunitaria el ministro de Asuntos Exteriores de Reino Unido, Jack Straw. El jefe de la diplomacia británica ha reiterado su rechazo a la última propuesta financiera de la presidencia europea, que ejerce el presidente luxemburgués Jean-Claude Juncker y que pasa por congelar el llamado cheque británico, la compensación de 5.000 millones que recibe Reino Unido desde 1984 por no recibir ayudas agrícolas. Londres exige recortes en la Política Agrícola -cuyo mayor beneficiario es Francia- a cambio de reducir el cheque. Straw ha amenazado con usar el veto a los presupuestos si sus pretensiones no se ven materializadas. "Si es necesario utilizaremos el veto", ha dicho Straw, quien ha vaticinado que "habrá dificultades" para llegar a un acuerdo.

En el otro bando, el franco-alemán, las posiciones tampoco parecen muy favorables a las concesiones. Así, el canciller alemán, Gerhard Schröder, ha dicho que alberga "pocas esperanzas" de que las negociaciones culminen en un acuerdo sobre el marco financiero para el periodo 2007-2013. "Tengo pocas esperanzas de que lo que queremos, es decir, que todas las partes se muevan, nos lleve a todos a la misma conclusión", ha dicho Schröder a los diputados alemanes en una comparecencia parlamentaria previa a su viaje a Bruselas. Aunque no ha profundizado demasiado en las razones que le llevan al pesimismo, sí se ha referido a alguno de los obstáculos que pueden torpedear el acuerdo: el cheque británico y los fondos de cohesión, un asunto donde España también se juega mucho hoy y mañana. A juicio del canciller alemán, el cheque británico "verdaderamente, no tiene justificación", como tampoco la tiene que algunos socios -entre ellos España- quieran mantener la cantidad que reciben de los fondos de cohesión, una vez que se han incorporado a la UE 10 nuevos socios con rentas más bajas. Por ello, ha pedido a los afectados que sean flexibles, anunciando que Alemania se moverá de sus posturas iniciales. El presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, llega a esta cumbre con la intención de que los fondos de cohesión que recibe España se mantengan al menos otros cinco años más. La presidencia europea, en cambio, sólo concede un plazo de dos años.

El primer ministro sueco, Goran Persson, también se ha mostrado escéptico y ha vaticinado que "no habrá acuerdo sobre el presupuesto de la Unión Europea" porque "las diferencias son demasiado grandes". Más conciliador se ha mostrado el presidente de la Comisión Europea, el portugués José Manuel Durao Barroso, que ha vuelto a pedir, a su llegada a la cumbre, que "todos" los líderes hagan un esfuerzo y ha sido uno de los pocos en mostrar su confianza en un acuerdo sobre el marco presupuestario de la UE para 2007-2013. "Va a ser difícil, pero confío en que la solución sea posible. Espero que todo el mundo haga un esfuerzo. Si todo el mundo hace un esfuerzo la solución es posible. Podemos salir de esto con confianza", ha dicho. Barraso ha reclamdo un esfuerzo global porque, según él, no se trata sólo de que el primer ministro británico, Tony Blair, dé un paso adelante en relación con el cheque británico, tal y como le reclama el resto de socios. "Es fácil jugar la carta nacional, pero todo el mundo tiene que moverse, no éste o el otro primer ministro. Todos ellos", ha subrayado.

El debate constitucional

El otro gran debate que tendrán que afrontar los líderes europeos es el futuro de su Constitución, ratificada hasta el momento por diez países -incluido España, que fue el único que lo hizo previo referéndum- pero rechazada por dos de los países fundadores de la UE: Francia y Holanda. Hay dos alternativas: seguir con el proceso de ratificación, algo cada vez con menos opciones de prosperar, o abrir un periodo de reflexión saltándose el plazo límite de octubre de 2006 para ratificar el Tratado, herido de muerte. De hecho, Reino Unido ya ha congelado su consulta, Dinamarca se dispone a hacer lo mismo y el resto de socios es posible que adopten idéntico camino. Ante este panorama, lo más probable es que la UE de libertad a cada país para decidir el proceso a seguir para ratificar el texto y la decisión final sobre qué hacer con la actual Constitución se resuelva en una futura cumbre el año próximo.

Zapatero (de frente) y  Moratinos (dcha.) charlan con el primer ministro belga (de espaldas), a su llegada a Bruselas.
Zapatero (de frente) y Moratinos (dcha.) charlan con el primer ministro belga (de espaldas), a su llegada a Bruselas.EFE

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