Schröder adelanta las elecciones generales tras su derrota en las regionales de Renania del Norte

De poco le ha servido al canciller alemán, Gerhard Schröder, la denodada campaña de los últimos días, en la que incluso ha participado el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero. Su partido, el socialdemócrata SPD va a perder hoy previsiblemente uno de sus feudos tradicionales, Renania del Norte-Westfalia, en unos comicios regionales interpretados en clave nacional. Apenas una hora después del cierre de las urnas, aún sin resultados oficiales, el presidente del SPD anunciaba el adelanto de un año de las elecciones legislativas, que estaban previstas para otoño de 2006.

Los sondeos a pie de urna indican que los democristianos de la CDU van a obtener el 45% de los votos, ocho puntos porcentuales más que en 2000, mientras que el SPD sólo conseguirá el 37,5%, cinco puntos menos que hace cinco años. Los Verdes, que conforman con los socialdemócratas el Gobierno alemán, tendrán el 6%; y los liberales del FDP, que posiblemente se alíen con la CDU, el 6,5%.

Tras conocerse estos datos, el presidente del SPD, Franz Müntefering, ha anunciado que ha acordado con Schröder proponer al Parlamento (donde su partido, en coalición con Los Verdes, tienen mayoría, con 303 de los 603 parlamentarios) la convocatoria de elecciones generales anticipadas para el próximo otoño. Müntefering ha señalado que la cúpula de su partido se reunirá el próximo martes para analizar la propuesta, y ha adelantado que espera que le apoyen en su lucha para que "Schroeder siga siendo el canciller". "Buscamos la decisión. Es hora de que aclarar las cosas en Alemania", ha añadido. Poco después, el propio Schröder ha abogado por el adelanto electoral tras la "amarga derrota" de hoy.

Por su parte, los principales partidos de la oposición, CDU y FDP, han cogido al vuelo la propuesta del SPD. "Estamos armados para las elecciones", ha dicho el secretario general de la CDU, Volker Kauder; por su parte, el presidente de los liberales, Guido Westerwelle, está de acuerdo con el adelanto "pues Alemania no puede permitirse un estado de parálisis". Un sondeo hecho público ayer indicaba que el 71% de los alemanes está en contra del adelanto electoral.

13,3 millones de alemanes estaban llamados a votar en estos comicios, que la CDU esperaba que les allanara el camino hacia la Cancillería de Berlín tras las legislativas de 2006. Los analistas auguraban en la prensa alemana que, de confirmarse la derrota del SPD, Schröder anunciase una reestructuración de su Gobierno y modificase su programa de recortes sociales, según informa desde Düsseldorf Ana Carbajosa.

Los sondeos antes de las elecciones daban a la CDU la victoria por el 43% de los votos, frente al 36% del SPD. Sin embargo, la cifra de indecisos rondaba el 42% del electorado, según el instituto Forsa. El desempleo, el discurso anticapitalista y la educación han sido los temas centrales de la campaña en el Estado más industrializado del país. El candidato socialdemócrata, Peer Steinbrück, de 58 años, ha pedido inversiones al Gobierno federal, y ha defendido que "el Estado debe ser fuerte y tener capacidad para actuar". "Yo, lo único que puedo hacer es potenciar a las pequeñas y medianas empresas apoyando las iniciativas emprendedoras. Puedo facilitar las transferencias tecnológicas y puedo intentar reducir la burocracia para el establecimiento de empresas en el Estado. No puedo hacer más", declaró ayer a EL PAÍS.

Otra de la claves a escala nacional de estos comicios había que buscarla en el resultado de Los Verdes y los liberales del FDP. En caso de confirmarse la victoria de los segundos sobre los primeros, los analistas consideran que la CDU buscará formar un tandem con el líder liberal, Guido Westerwelle, para disputar la presidencia federal al dúo SPD-Los Verdes.