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El Ejército libera un edificio oficial tomado por un 'comando' armado en Uzbekistán

3.000 personas se manifiestan en las calles de la ciudad de Andizhán exigiendo la dimisión del Gobierno después de que un grupo organizado y armado tratara de provocar una revuelta popular

El Ejército de la república centroasiática de Uzbekistán ha irrumpido esta tarde en la sede del Gobierno regional de la ciudad de Andizhán, al este del país, que esta mañana fue tomada por un grupo de hombres armados. Los soldados han liberado a los rehenes que permanecían cautivos en el edificio, según ha informado la policía local. El comando había dejado en libertad anoche a centenares de presos en una cárcel de la ciudad, y contaba con el respaldo de al menos 3.000 personas, que se han echado a la calle para protestar contra el Gobierno.

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Pasada la medianoche de ayer, y tras varios días de manifestaciones pacíficas en las calles de Andizhán, una caravana de diez vehículos repletos de hombres armados con ametralladoras y escopetas de cañones recortados llegó a una cárcel de la ciudad. Tras tirotear a varios guardias —nueve personas murieron en el enfrentamiento—, dejaron en libertad a entre 2.000 y 4.000 presos, y luego bloquearon las calles de la zona y abrieron fuego contra todos los coches que se aventuraron a pasar por allí. Media hora antes, otro grupo de hombres armados había asaltado un destacamento militar en el que había acuartelados 500 soldados para robarles las armas; los militares huyeron del lugar y se refugiaron en casas particulares.

Tras el asalto a la prisión, los rebeldes, que contaban ya con tres vehículos blindados, tomaron la sede del Gobierno regional y trataron sin éxito de hacer lo propio con la de los ministerios de Interior y Seguridad. El comando que trató de asaltar este último edificio se refugió tras su fracaso en una escuela en obras, de la que fue expulsado poco después. El presidente del país, Islam Karímov, se dirigió entonces a Andizhán y entabló negociaciones con los rebeldes, mientras el Ejército, apoyado con tanques y helicópteros, tomaba posiciones en la ciudad.

Esta tarde, la sede del Gobierno regional permanecía tomada por los rebeldes, mientras miles de manifestantes se arremolinaban en la plaza central de la ciudad y en las calles adyacentes, demandando "un cambio de poder". Uno de los supuestos líderes de la revuelta, Sharif Shakírov, afirmaba en una página de Internet: "Somos 3.000 desesperados y otros 30.000 habitantes de la ciudad". La agencia de noticias británica Reuters indica sin embargo que sólo son 3.000 las personas reunidas en la plaza central de la ciudad.

Shakírov ha exigido la dimisión del Gobierno y la liberación de todos los presos encarcelados por motivos religiosos o políticos. "El pueblo está cansado de la miseria, la desesperanza, la injusticia y la opresión", ha afirmado este individuo, cuyo apellido coincide con el de uno de los 23 procesados en el juicio militar contra el movimiento islámico Akramia, considerado por los expertos como el germen de la revuelta. Los 23 fueron liberados anoche junto al resto de presos.

Hasta el momento, al menos una persona ha muerto y otras dos han resultado heridas en tiroteos en la plaza central entre soldados y miembros del comando que ocupaba el edificio, según informa la agencia de noticias rusa Itar-Tass. Entre los manifestantes que ocupan la zona hay numerosas personas armadas, entre ellas varios de los presos liberados anoche. El presidente del país ha hecho público un comunicado poco antes del asalto al edificio en el que confirmaba las "intensas negociaciones" con los "pistoleros", que "se escudan tras mujeres y niños y no aceptan ningún compromiso". Entre tanto, el ministerio de Interior ha asegurado que "los manifestantes han comenzado a disparar, pero no se entiende contra quiénes disparan" porque "no están rodeados por las fuerzas del orden".

Imagen de la manifestación que ha tomado el centro de la ciudad de Andizhán.
Imagen de la manifestación que ha tomado el centro de la ciudad de Andizhán.ASSOCIATED PRESS

Rusia afirma que es "un asunto interno"

Los Gobiernos de las repúblicas ex soviéticas del Asia Central temían que la reciente revuelta en Kirguizistán, que terminó con la caída del Gobierno establecido desde que se independizó de la antigua URSS, se contagiara por la región. El principal amenazado es Islám Karímov, el viejo líder comunista que ocupa la presidencia de Uzbekistán, contra cuyo Gobierno se dirige la revuelta desencadenada de madrugada en Andizhán, una de las grandes ciudades del oeste del país, a unos 250 kilómetros de la capital, Tashkent.

El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, ha afirmado que las protestas en Uzbekistán son "un asunto interno" del país, después de que algunos manifestantes pidieran la mediación rusa. "Hemos seguido muy de cerca la información sobre el desarrollo de la situación y la información más reciente apunta a que se está estabilizando", ha agregado Lavrov.

Mientras, en el resto de las fuerzas políticas rusas las revueltas se han interpretado de forma distinta. Para el presidente del Parlamento, Boris Gryzlov, la crisis debería afrontarse "según el Código Penal", tachando así veladamente de criminales a los manifestantes. Sin embargo, el presidente de la Comisión de Exteriores de la Duma (Cámara Baja), Konstantin Kosachev, ha calificado los acontecimientos de "trágicos".

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