Cientos de miles de libaneses toman las calles de Beirut convocados por la oposición antisiria

Más de 800.000 libaneses, según las autoridades municipales, han secundado hoy el llamamiento de la oposición antisiria y han salido a las calles de Beirut en el día que se cumple un mes del asesinato del ex primer ministro Rafik Hariri. Los manifestantes, que continúan llegando de todo el país, se han concentrado en la céntrica Plaza de los Mártires, en el centro de Beirut, para rendir tributo al ex primer ministro asesinado.

La marcha fue convocada por los grupos libaneses de oposición a la injerencia Siria, que hoy han vuelto a pedir la retirada total y definitiva de las tropas sirias del Líbano y la conclusión de una investigación internacional sobre el magnicidio.

Desde primera hora de la mañana, cientos de ciudadanos han peregrinado desde el lugar del atentado, próximo al paseo marítimo, hasta la mezquita que acoge los restos de Hariri, vecina a la citada plaza. "Fuera Siria" o "Soberanía, libertad e independencia", eran algunos de los lemas más coreados, mientras que en una de las pancartas ya instaladas en la plaza se podía leer: "¿Quién asesinó a Hariri?

Poco después del mediodía, los comercios y los bancos han cerrado sus puertas, así como los colegios de donde han salido centenares de estudiantes, algunos de ellos con cintas en la frente en las que se estaba escrita la palabra "verdad".

Un mes después, aún no se conocen detalles del magnicidio, ni grupo alguno ha asumido la autoría de un atentado que también segó la vida de quince personas y devolvió a los libaneses el aciago recuerdo de la larga guerra civil, librada entre 1975 y 1990.

Los grupos de oposición libaneses responsabilizan a Siria, que ha negado cualquier vínculo con una masacre que ha dividido de nuevo a una sociedad que trataba de estar unida para evitar que se repitiera el cruento pasado. La oleada de indignación de la población contraria a la presencia de Siria y sus manifestaciones obligaron a dimitir al Gobierno prosirio, encabezado por Omar Karame. No obstante, el parlamento volvió a darle la confianza la semana pasada para encabezar un nuevo Gobierno.

Las manifestaciones antisirias han sido contestadas por los partidarios de Damasco, encabezados por la guerrilla chií de Hezbolá, que también ha logrado reunir a cientos de miles de libaneses en la capital para exigir la continuidad de la presencia de los militares sirios en Líbano. Sin embargo, este apoyo no ha sido suficiente y el presidente sirio, Bachar Al Asad, anunció la semana pasada un plan para la retirada de los más de 14.000 soldados sirios de Líbano, plan que ya se ha puesto en marcha.

La céntrica plaza de los Mártires es, desde el día del asesinato, escenario del pulso que mantiene la oposición y los grupos pro sirios, que convocan casi a diario a los libaneses para que se manifiesten. Las movilizaciones, aunque pacíficas, han elevado el clima de tensión en el Líbano y el Gobierno sopesa ahora la posibilidad de prohibir las concentraciones para evitar que esa tensión se agudice. El presidente pro sirio, Emile Lahud, ha instado a los libaneses a abstenerse de convocar manifestaciones en las calles.