Dimite el jefe del Gobierno de Hong Kong por "razones de salud"
Donald Tsang, su 'número dos', asumirá el cargo hasta el fin del mandato en 2007
El jefe del Gobierno de Hong Kong, Tung Chee-hwa, ha presentado hoy su dimisión a las autoridades chinas por motivos de salud. Se especulaba con la renuncia del primer líder de la provincia desde la entrega de la colonia británica a China en 1997 desde hace más de una semana, ya que la población no estaba a favor de su gestión y, al parecer, también había perdido la confianza de Pekín, pese a que aún le quedaban dos años de mandato.
"Estimados ciudadanos, queridos amigos, hace una hora he entregado mi dimisión como jefe ejecutivo de la región administrativa de Hong Kong al Gobierno central (Pekín)", ha dicho Tung en conferencia de prensa. El primer líder poscolonial de la provincia ha justificado su renuncia en su mala salud: "Mi salud no es muy buena y los doctores me han recomendado cambiar mi estilo de vida".
No obstante, la prensa lleva ya una semana especulando con la salida de Tung, insinuando múltiples razones. Algunos analistas han asegurado que Tung ha sido dimitido desde Pekín por su afán de lograr una mayor autonomía de la capital china para la provincia, con lo que se ha granjeado la enemistad del poder comunista. En todo caso su destino parecía marcado desde el pasado mes de diciembre, cuando el presidente chino Hu Jintao, le reprendió públicamente por su pobre gestión al frente del gobierno de la provincia.
Según algunas fuentes citadas por Reuters, Pekín nombrará como sucesor a Donald Tsang, número dos de Tung, para que termine el mandato de su antecesor, previsto para mediados de 2007. Según los analistas, Pekín controlará mucho más de cerca de Tsang, impidiendo cualquier reforma política significativa en la provincia.
Aunque al principio de su mandato, Tung contaba con el apoyo de los habitantes de Hong Kong, las crisis económicas que han sacudido la región estos años y su incapacidad para hacerles frente o atenuar sus consecuencias le privó del apoyo popular. La población, que no tenía capacidad para desbancarle dado que es elegido por Pekín, se echó a la calle en 2003 y 2004 en demanda del derecho a elegir a sus líderes, manifestaciones que hicieron pensar al poder comunista chino que podrían extenderse a la china continental, con lo que desde entonces intentó aumentar el control sobre la provincia. De hecho, el pasado mes de abril, Pekín prorrogó otros siete años la supresión del sufragio universal en Hong Kong y estableció la obligatoriedad de que toda reforma política en la provincia cuente con el visto bueno de Pekín.
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