"Era divertido disparar a la gente"

"Es divertido disparar contra cierta gente". Esta y otras frases frívolas sobre los aspectos más macabros de la guerra, proferidas por un veterano de las guerras de Irak y Afganistán han despertado una tormenta de críticas en Estados Unidos. Sin embargo, no parece que el Pentágono baraje sancionar al general James Mattis, de quien ha alabado sus dotes de mando y sus conocimientos sobre "los valores de la vida humana".

"En realidad, me gusta mucho pelear. Es divertido disparar contra cierta gente. Les voy a ser franco [...] me gustan las reyertas callejeras", aseguró Mattis durante un foro realizado el martes en San Diego (California). El general criticó a "los hombres que golpean a sus mujeres por no llevar velo", pero en sus conclusiones se mostró tan brutal como ellos. "Tipos como esos no tienen nada de hombres. Es divertido dispararles", señaló.

Comprensión entre sus compañeros

Las declaraciones de Mattis no han sentado bien en el cuerpo de Infantes de Marina. El comandante del Cuerpo, general Mike Hagee, ha asegurado que había reconvenido a Mattis por sus declaraciones y que le ha recomendado que, para la próxima vez, tenga más cuidado con sus palabras. "Aunque comprendo que a algunas personas puedan molestarles los comentarios que hizo, también sé que reflejan las desafortunadas y duras realidades de la guerra. El general Mattis con frecuencia habla con mucha franqueza", ha dicho.

Más comprensivo aún ha sido el general Peter Pace, adjunto al jefe del Estado Mayor estadounidense. "Tengo que subrayar", ha dicho, "que el general Mattis ha conducido a sus marines al combate una vez en Afganistán y dos veces en Irak. Su acción y la de sus soldados demuestra que sabía bien como mandar a sus hombres y que conocía los valores de la vida humana", ha dicho.

Mattis encabezó un batallón de asalto durante la primera guerra del Golfo Pérsico en 1991, y fue comandante de la Primera Brigada Expedicionaria en Afganistán y de la Primera División de ese cuerpo de las Fuerzas Armadas de EEUU en el comienzo de la intervención militar en Irak en 2003.