Una auditoría revela que Bremer no controló el gasto de 9.000 millones de dólares iraquíes
El Inspector General de EE UU para la Reconstrucción de Irak teme que se haya alimentado la corrupción
La autoridad provisional de Estados Unidos no controló, entre los años 2003 y 2004, el gasto de 8.800 millones de dólares (6.751 millones de euros) destinados a la reconstrucción de Irak, con lo que este dinero pudo haber alimentado la corrupción, según revela una auditoría del Gobierno de EE UU.
El Inspector General de EE UU para la Reconstrucción de Irak, Stuart Bowen, ha criticado la falta de supervisión de esos fondos por parte de la Autoridad Provisional de la Coalición (CPA en inglés), que manejaba los ingresos del petróleo iraquí y otros recursos del país hasta que entregó el poder al actual Gobierno interino, el pasado 28 de junio. "Creemos que la gestión, por parte de la CPA, del proceso presupuestario de Irak y la supervisión de los fondos iraquíes se vio obstaculizada por errores graves y mala gestión", señala un informe divulgado hoy por Bowen.
El documento afirma que, desde octubre de 2003 a junio de 2004, la CPA entregó 8.800 millones de dólares (6.751 millones de euros) a los Ministerios iraquíes, "sin garantías de que fuesen bien usados". Por ejemplo, señala que los fondos pagaron los salarios de 74.000 guardias de seguridad, aunque la CPA sólo tenía constancia de que un pequeño porcentaje de ellos trabajaban. Los otros, podrían ser empleados "fantasma" que sólo cobraban.
Bremer se justifica
El informe dice que en un Ministerio, la CPA sólo pudo comprobar que 602 personas trabajaban protegiendo las instalaciones, pero, aún así, cobraban 8.206 individuos. Estas denuncias coinciden con las realizadas por el Consejo de Asesoramiento y Supervisión Internacional (IAMB en inglés), creado por la ONU, y que ha afirmado que la CPA no supervisaba suficientemente la venta del petróleo iraquí y el uso de las ganancias derivadas de ésta.
Entre los pagos sin control que el informe menciona, están 1,7 millones de dólares (1,3 millones de euros) entregados a Halliburton, la empresa que dirigía el vicepresidente estadounidense, Dick Cheney, para importar gasolina a la población iraquí, unas partidas sobre las que el IAMB ha pedido una investigación a EE UU. Por su parte, el ex jefe de la CPA, Paul Bremer, ha rechazado las conclusiones del Inspector General, en una respuesta por escrito.
En su opinión, el documento "asume que se pueden aplicar de forma inmediata y completa procedimientos presupuestarios y contables occidentales durante una guerra". Bremer ha añadido que era mejor continuar enviando el dinero, a pesar de que el sistema de abono de salarios era imperfecto, que "dejar de pagar a hombres jóvenes armados" que se ocupaban de la seguridad.
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