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Bush inicia su campaña para reformar el sistema de la Seguridad Social

El presidente de EE UU planea introducir la inversión privada como uno de los pilares de las pensiones públicas

"Me encanta impulsar la propiedad privada", ha asegurado hoy el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, durante un acto celebrado para publicitar la reforma a la que planea someter la Seguridad Social. Según los cálculos del Gobierno, el sistema se colapsará —deberá pagar más en pensiones de lo que recibe en concepto de cotizaciones— en 2018, así que ha diseñado un plan, al que se oponen por cierto demócratas y varios sectores republicanos, para "resolver el problema sin incrementar los impuestos".

¿Cómo? El lado amable consiste en rebajar las cuotas a los trabajadores más jóvenes para que puedan meter ese dinero en cuentas de inversión —planes de jubilación privados, acciones de Bolsa, etcétera—. "He escuchado a algunos decir que es arriesgado dejar a la gente invertir su propio dinero. Sería arriesgado jugarse el dinero para la jubilación a la lotería, pero es normal intentar sacarle el mejor rendimiento si tienes en perspectiva que el sistema de la Seguridad Social se vaya a la bancarrota", ha explicado hoy Bush, según detalla el diario estadounidense The Washington Post.

El reverso tenebroso de este plan se esconde en los recortes que la Casa Blanca pretende introducir en las pensiones futuras mediante una modificación en su sistema de cálculo, que dejará de depender del salario del trabajador durante su vida laboral para ligarse a la tasa de inflación. Así las cosas, el trabajador dependerá para cubrir la diferencia del dinero que saque de sus inversiones privadas.

Bush se ha reunido hoy con expertos del sector y con ciudadanos en un acto bautizado como Conversación sobre la reforma de la Seguridad Social, en un intento de impulsar su plan ante las reticencias de algunos sectores de su partido y la oposición en bloque del Partido Demócrata, que proponen aumentar la financiación del actual sistema en lugar de demolerlo. El presidente tiene previsto presentar dentro de un mes o dos un proyecto de ley para cursar su reforma, que cree de necesidad perentoria porque en 25 años "el sistema estará en bancarrota".

El descenso de la natalidad y el aumento de la esperanza de vida condenan al actual sistema, según Bush, que ha explicado que en 1950 había 16 trabajadores por cada pensionista, mientras que en la actualidad la relación es tres a uno, y "relativamente rápido" será dos a uno. El presidente se ha cuidado de señalar que para los más mayores no va a cambiar: la reforma afectará sólo a los trabajadores jóvenes.

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