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La boda gótica de Stella Banderas en Valladolid: mucho encaje negro y comida española, sin Tippi Hedren, pero con las hijas de Obama

La hija de Antonio Banderas y Melanie Griffith se casó el pasado 18 de octubre en un hotel de lujo en Valladolid. Este miércoles, en una exclusiva publicada por la revista ‘¡Hola!’, se ha desvelado la estética romántica que la novia quiso dar al enlace o los consejos de sus progenitores

Boda Stella Banderas en Valladolid
El País

La boda de Stella Banderas (Marbella, 29 años) y Alex Gruszynski (28 años) ha sido, ante todo, un secreto bien guardado. En los días previos al enlace del pasado sábado 18 de octubre en Abadía Retuerta LeDomaine, un espectacular monasterio del siglo XII situado en la localidad de Sardón de Duero (Valladolid, unos 600 habitantes) reconvertido en hotel de lujo, se publicaron muchas líneas sobre lo que se sabía entonces de la celebración que, ahora, con la exclusiva que los protagonistas han dado a ¡Hola!, se completan y actualizan con nuevos detalles y con las informaciones aportadas por la familia a la revista. Entre ellas, la ausencia de la abuela de la novia, la famosa actriz Tippi Hedren, de quien se esperaba que acudiera al enlace pero que, finalmente, a sus 95 años, decidió no viajar.

Antes del día de la boda ya se sabía que los novios, residentes en Los Ángeles (California), se conocen desde pequeños, cuando asistieron juntos a la escuela infantil Wagon Wheel School, y que se prometieron en agosto de 2024. La supuesta actuación en la celebración de Chris Martin, líder de la banda Coldplay y expareja de Dakota Johnson, hermana de Stella, se encargó de desmentirla el padre de la novia cuando, la misma tarde del sábado, salió a brindar con la prensa por la boda de su hija. Banderas también desmintió entonces que su regalo para los novios fuera una lujosa casa en Marbella que, según algunos medios, habría estado reformando para ellos.

¡Hola! ha publicado este miércoles 22 de octubre en un extenso despliegue sobre el enlace y todos los detalles. Cuenta, por ejemplo, que el día antes de la boda entre la hija de Antonio Banderas y Melanie Griffith, el pasado viernes 17 de octubre, se celebró una preboda para los invitados, que habían empezado a llegar entre el miércoles 15 y el jueves 16 y a ocupar las 30 habitaciones de las que dispone el exclusivo hotel. “Hemos convertido la boda en una celebración de varios días para que nuestros invitados de Estados Unidos pudieran descubrir la Ribera del Duero y disfrutar del encanto de Castilla”, dice la novia en su entrevista con la publicación.

Del evento, supervisado por la madre del novio, Ellen Gruszynski, y celebrado en el monasterio de Santa María de Valbuena, en la localidad vallisoletana de San Bernardo, se sabe que contó con, entre otros invitados, la actual pareja de Antonio Banderas, Nicole Kimpel, la esposa del cantante Sting, Trudie Styler, y las hijas del expresidente de Estados Unidos Barack Obama, Malia y Sasha, quienes son parte del círculo de amistades de Stella. También acudieron a la preboda los actores Drew Starkey (Outer Banks) y Odessa A’zion (Grand Army) y la modelo Isabella Elie, protagonista del videoclip de Bad Bunny Where She Goes.

Todos pudieron degustar un extenso menú compuesto, principalmente, por ravioli de coquelet, manzana y tomate seco con salsa pomodoro y parmesano, bogavante lacado acompañado de ensalada de marujas, gajos de naranja y cebolla encurtida, milhojas de solomillo de ternera con crema de calabaza, patatitas risoladas y guisantes lágrima y coulant con toffee y sopa de chocolate blanco, así como vinos españoles —entre ellos tintos de la Ribera del Duero— y variedad de cócteles.

Sobre el día de la boda, la revista explica que la llegada de los invitados a Abadía Retuerta comenzó a las 17.00 horas del sábado 18 de octubre. Tres cuartos de hora después, en una capilla adornada con cientos de velas y cortinas que colgaban desde los techos, en consonancia con el ambiente romántico que la novia quería para su boda, apareció el novio, vestido con su esmoquin de Ralph Lauren. Después llegó Melanie Griffith junto a su hijo, Alexander Bauer —fruto de su matrimonio con el actor Steven Bauer—, y junto al hijo de Don Johnson, Jesse Johnson (uno más en la familia). Finalmente, pocos minutos después de las 18.00 horas, entró la novia del brazo de su padre, mientras sonaba una canción compuesta por el tío abuelo de Stella para la ocasión. “En cuanto a consejos, mi madre me dijo: ‘No te estreses por nada, simplemente intenta disfrutar cada segundo’. Y mi padre, como buen andaluz, me recordó: ‘Pase lo que pase mira a Alex a los ojos y sonríe, porque es vuestro día”, confiesa Stella, que describe a su nuevo marido como su “hogar”: “No hay drama, no hay fuegos artificiales innecesarios, solo paz”.

Stella Banderas vestía un traje diseñado por ella —“ha sido increíblemente divertido participar en cada detalle”, ha dicho a la revista— junto al equipo de la firma Rodarte y confeccionado en encaje y gasa. El vestido tenía además escote corazón y dejaba los hombros al aire, aunque estos quedaban cubiertos por un velo de tres metros, también con encaje. El look nupcial lo completaban unos pendientes de diamantes que pertenecían a la familia materna de la novia y un ramo de calas negras, un original bouquet con el que la publicación asegura que Stella quiso darle un toque gótico al enlace. Se sabe, además, que las damas de honor, Dakota, Atherton Grace Johnson (la hija de Don Johnson y Kelley Phleger) y Adaline Gruszynski, hermana del novio, vistieron de negro, al igual que gran parte de las invitadas, contribuyendo así a la estética total.

Antonio Banderas boda hija

Como ha explicado Stella Banderas a la revista ¡Hola!: “Quería un vestido que pareciera sacado de una historia de fantasía. También algo un poco gótico, muy romántico e inspirado en el encaje español”. La novia, además, ha asegurado haber “cumplido la tradición”: “Lo nuevo es mi vestido, por supuesto. Lo prestado, una joya de la familia de mi madre. Lo azul, un bordado, casi oculto, en el traje”.

La ceremonia, que fue civil —a pesar del enclave religioso—, estuvo oficiada por el actor y amigo de la familia de Banderas Blake Lee y, entre otros detalles emotivos, hubo una silla vacía como homenaje a los familiares fallecidos. La boda continuó con un cóctel en el claustro del monasterio en el que los invitados disfrutaron de un aperitivo a cargo del chef Marc Segarra —con estrella Michelin— y su equipo de Refectorio (el restaurante de Abadía Retuerta), que constó de boquerones fritos, cazón, berenjenas fritas, gildas y una gran variedad de pintxos. Hubo también cortadores de jamón ibérico que viajaron desde Andalucía, así como diferentes corners, como uno de coquinas fritas al momento. Mientras, en las paredes del ábside del monasterio, se fueron proyectando algunas fotos de la infancia de los novios.

A las 20.00 horas, antes de la cena (que se celebró en la capilla, transformada con este fin), la novia sorprendió con su segundo look nupcial: un vestido lencero confeccionado en seda y hecho a medida por la diseñadora Jane Booke, combinado con un elegante collar vintage, tipo rivière, y pendientes largos de diamantes. Sobre el menú, en esta ocasión estuvo conformado por ajoblanco con uvas de temporada, lubina salvaje con crema de piparras y pimiento verde y tarta de queso al estilo vasco con vino tinto. Los platos se acompañaron con tintos de la Ribera del Duero (Abadía Retuerta Pago Valdebelllón 2020) y con godello y champán.

Sobre la organización de la boda, Stella ha asegurado a la revista: “Mi madre, mis hermanas y hermanos han tenido papeles muy especiales, pero también han estado muy presentes y me han acompañado en todos los preparativos”. Para Antonio Banderas, la boda fue “un acto de amor hacia la autenticidad”. “En Hollywood hay mucho brillo, pero a veces se pierde la esencia. Mi consejo para ellos es que mantengan las raíces españolas”, dice en su entrevista con la revista del corazón.

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