Rusia asegura que los terroristas de Beslán estaban drogados cuando asaltaron el colegio

Las autopsias practicadas a los cadáveres de los terroristas chechenos que murieron en el asalto de las tropas rusas a la escuela de Beslán -donde murieron más de 350 rehenes, la mayoría de ellos niños- revelan que habían consumido drogas en grandes dosis antes de perpetrar el secuestro, según ha anunciado hoy la Fiscalía General de Rusia.

De acuerdo a los análisis forenses, todos los terroristas habían consumido drogas y al menos una veintena de ellos se habían inyectado heroína y morfina. El fiscal general adjunto de Rusia, Nikolái Shepel, ha asegurado que "la concentración de drogas en los organismos de algunos de los terroristas superaba las dosis mortales, lo cual revela que eran drogadictos empedernidos y permanecieron drogados a lo largo de todo el período de preparación del atentado".

La tragedia de Beslán

Beslán, una pequeña ciudad de la república rusa de Osetia del Norte, fue escenario, el pasado 1 de septiembre, de un angustioso secuestro perpetrado por terroristas chechenos, que asaltaron una escuela y retuvieron durante dos días a cientos de civiles, la mayoría menores. Armados hasta los dientes y con explosivos adosados a sus cuerpos, los secuestradores exigieron la retirada de las tropas rusas de Chechenia para poner fin a la pesadilla. En las más de 48 horas de cautiverio, las negociaciones sólo sirvieron para que los terroristas liberaran con cuentagotas a un pequeño grupo de mujeres y niños. Al final, la tensión acabó con la paciencia de las autoridades rusas, que ordenaron el asalto al colegio, lo que desató una situación de caos y confusión entre los captores que, acorralados, decidieron hacer explotar varias bombas en el gimnasio, el lugar donde permanecían retenidos muchos de los rehenes.

Los días siguientes al desenlace de la tragedia estuvieron teñidos del dolor de los familiares de los muertos mientras afloraban las críticas hacia el Kremlin por el cruento fin del secuestro. Estados Unidos denunció veladamente la política de Putin en el Caúcaso, y éste, en respuesta, comparó la lucha de Rusia contra los independentistas chechenos con la que llevan a cabo los estadounidenses en Irak, y se arrogó el derecho a lanzar cualquier ataque en el exterior de Rusia si estuviera en peligro la seguridad del país.