Los combates entre las milicias chiíes y las tropas estadounidenses se extienden por todo Irak

Los combates a gran escala se extienden por todo Irak, después de dos meses de relativa calma en las principales ciudades del país. Ayer saltó por los aires el frágil alto el fuego que decretaron en junio Estados Unidos y las milicias del clérigo radical chií Múqtada al Sáder. Un balance provisional arroja la cifra 52 muertos y 174 heridos en enfrentamientos en distintos puntos del país. Sólo en Bagdad, al menos 19 personas han muerto y otras 111 han resultado heridas en los enfrentamientos librados desde el jueves, en el noreste de la ciudad, entre las milicias chiíes y las fuerzas iraquíes apoyadas por tropas EE UU.

La situación más preocupante sin embargo se sigue viviendo en Nayaf, ciudad santa de los chiíes donde se atrinchera el clérigo radical Múqtada al Sáder. Tanques estadounidenses continúan hoy con el asedio a esta ciudad, situada a más de 100 kilómetros al sur de Bagdad, cuyo cementerio fue bombardeado con dureza la pasada noche por la aviación norteamericana.

300 radicales muertos en Nayaf

La crudeza de los combates ha dejado pequeñas las cifras de muertos divulgadas hasta hoy. En un nuevo comunicado, emitido esta tarde (horas española), el Ejército estadounidense asegura que sus soldados han matado en los últimos dos días, desde que se desató la nueva rebelión, a cerca de 300 guerrilleros en Nayaf. "El número de bajas enemigas es de 300", ha dicho el coronel Gary Johnston, oficial de una de las unidades de marines que luchan en la ciudad santa. Una cifra enorme si se compara con las bajas en el bando estadounidense, que hoy tan sólo ha asumido la muerte de dos de sus soldados en una "acción enemiga" ocurrida ayer.

A los pocos minutos de conocerse este nuevo balance, un portavoz del clérigo Al Sáder lo ha rechazado rotundamente y, en una conversación con la agencia Reuters, tan sólo ha reconocido la muerte de 36 guerrilleros a lo largo y ancho de Irak desde el miércoles. Al margen de la guerra de cifras, la situación es sumamente crítica, hasta el punto de que el gobernador de la provincia de Nayaf ha lanzado un ultimatum de 24 horas a Al Sáder para que sus milicias abandonen la ciudad y los combates. En caso contrario, corren el riesgo de morir.

Los enfrentamientos entre la milicia y las tropas de EE UU han ido extendiéndose velozmente por otros puntos del territorio iraquí en los existen importantes comunidades chiís. Este es el caso de la ciudad de Samarra, al norte de Bagdad, que no ha quedado al margen del nuevo auge de la violencia. La aviación norteamericana bombardeó la pasada madrugada en esa ciudad una supuesta base de insurgentes, causando dos muertos y catorce heridos. Esta mañana, los choques entre los rebeldes y los soldados estadounidenses se repetían, causando la muerte de al menos tres iraquíes y heridas a otros 16. Fuentes militares estadounidenses han precisado que unidades de combate continúan en Samarra con las operaciones de búsqueda y captura de rebeldes.

También en Bagdad, la pasada noche se han registrado varias explosiones. Se desconoce su origen y si han provocado víctimas. Al menos seis personas murieron ayer en un atentado con coche bomba al sur de la capital. En Nasiriyah, en el sur del país árabe, diez personas han resultado heridas en los enfrentamientos que se han producido.

El Gobierno iraquí no negociará

Ante la intensificación de los combates, el ministro iraquí de Interior, Falá al Nakib, aseguró anoche que el Gobierno no negociará con las milicias de Al Sáder. " Vamos a combatir a las milicias. Somos lo bastante fuertes para detenerlos y arrojarlos fuera del país", afirmó Al Nakib en Bagdad, desde donde mandó un mensaje al jefe radical chií: "No sea suicida. Están suicidándose". Asimismo, ante la pregunta de un periodista acerca de si quería capturar o matar a Sáder, el ministro aseguró que desea detener "a toda persona que perturbe la seguridad del país".