Al menos 68 muertos en Baquba en el atentado más cruento desde el traspaso de poder

Al menos 68 personas han muerto y decenas han resultado heridas en un atentado con coche bomba perpetrado esta mañana frente a una comisaría de policía en la ciudad de Baquba, al norte de Bagdad. La explosión alcanzó de lleno a un autobús de pasajeros y a las personas que hacían cola para alistarse en la policía. Se trata del atentado más cruento desde el traspaso de poder al Gobierno de transición, hace hoy exactamente un mes.

"Hay 68 muertos y más de 30 heridos, algunos de ellos muy graves. La cifra de víctimas mortales podría elevarse en las próximas horas porque muchos están extremadamente graves", ha dicho el ministro iraquí de Salud, que ha dado a conocer un nuevo balance de víctimas.

El objetivo de los terroristas ha vuelto a ser la población iraquí, en especial las nuevas fuerzas de Seguridad, tildadas por los insurgentes de "traidoras colaboracionistas", y con las que el primer ministro interino, Ayad Alaui, trata de estabilizar el país y erradicar la inseguridad.

El vehículo cargado de explosivos y conducido por un joven estalló frente a una comisaría situada en el centro de la ciudad cuando decenas de aspirantes a ingresar en la policía hacían cola para entrar al vecino centro de reclutamiento de la nueva Guardia Nacional.

La explosión causó un enorme cráter en la calzada y alcanzó de lleno a un autobús de transporte público, que quedó totalmente destrozado y en el que viajaban buena parte de las personas que han muerto.

El mismo lugar fue escenario de un ataque similar a principios del pasado mes de abril; entonces murieron tres policías iraquíes y otras diez personas resultaron heridas.

Baquba está situada en el llamado triángulo suní, una frondosa región que se ha erigido como corazón de los insurgentes. Ningún grupo ha asumido hasta el momento la autoría del atentado, pero responsables iraquíes y militares de EE UU han atribuido ataques similares perpetrados en los últimos meses al grupo liderado por el jordano Abu Musab al Zarqaui, acusado de ser el jefe de Al Qaeda en Irak.

Un aniversario teñido de sangre

El brutal atentado coincide con el aniversario del primer mes en el poder del nuevo Gobierno iraquí, que recuperó la soberanía de manos de las tropas de ocupación estadounidenses el pasado 28 de junio. Desde entonces, los terroristas han tratado de debilitar por todos los medios al nuevo Ejecutivo, al que atacan con la misma saña que a las tropas norteamericanas.

Durante todo el mes, grupos de pistoleros han asesinado a tiros a varios altos cargos de la nueva Administración iraquí en todos los rincones del país. Además, las comisarias de policía y los alrededores de la zona verde, el recinto amurallado en el que se concentran los edificios del nuevo Gobierno iraquí y las embajadas de EE UU y el Reino Unido en Bagdad, han sido objetivo de varios ataques con coches bomba que han causado centenares de muertes.

El primer ministro ha respondido a la violencia con una retórica a la que los iraquíes están acostumbrados desde los tiempos del derrocado Sadam Husein, y ha advertido de que está dispuesto a "aplastar a los rebeldes". Por ello, ha llenado las calles de policías y soldados que a veces patrullan en colaboración con las tropas de la Coalición, pero tienen tres problemas: son poco numerosos y están deficientemente armados y entrenados.