La comisión del 11-S acusa al FBI de incapacidad y falta de recursos para evitar los atentados

Tras tambalear los cimientos de la CIA y la Casa Blanca, el 11-S amenaza hoy con extender sus efectos políticos hasta el FBI, incapaz también de detectar la trama de los atentados pese a que tenía en marcha 70 investigaciones sobre las posibles actividades de la red terrorista Al Qaeda dentro de Estados Unidos. El organismo no reaccionó a las pistas por una cultura resistente al cambio, falta de recursos y barreras legales, según la comisión que investiga el 11-S.

La comisión independiente que investiga la actuación del Gobierno en estos sucesos interroga entre hoy y mañana ante las cámaras de televisión al director actual del FBI, Robert Mueller, y a sus dos predecesores, Thomas Pickard y Louis Freeh; al director de la CIA, George Tenet; y al responsable del departamento de Justicia, John Ashcroft, y a su predecesora, Janet Reno.

El presidente de la comisión, Thomas Kean, ex gobernador republicano de Nueva Jersey, las sesiones se van a centrar en cuatro preguntas: "¿Cómo estaba estructurado nuestro Gobierno antes del 11-S para hacer frente a la amenaza terrorista dentro de EE UU? ¿Cómo era esa amenaza en el año 2001 y cuál fue la respuesta del Gobierno? ¿Cómo respondieron los servicios de inteligencia a esa amenaza? ¿Qué reformas se han adoptado desde el 11-S para responder a la amenaza terrorista dentro de EE UU, y qué han conseguido esas reformas?".

Los cuatro ejes de la comisión

En un informe hecho público hoy, la comisión critica a Ashcroft, al que acusa de no haber convertido el antiterrorismo en su prioridad en 2001, en lugar de centrarse en la reducción de armas de fuego y el combate del narcotráfico. Además, el responsable del departamento de Justicia se negó a aumentar el presupuesto para esta tarea, tal y como le solicitó Pickard un día antes de los atentados.

En cualquier caso, el FBI tampoco sale indemne. El informe señala que no detectó la trama terrorista pese a las 70 investigaciones en marcha relacionadas con Al Qaeda. En un informe del 6 de agosto, el FBI afirmaba haber detectado actividades "que tienen que ver con la preparación de secuestro de aviones y otros ataques". Pero el organismo no reaccionó por culpa, según la comisión, de una cultura resistente al cambio, la falta de recursos adecuados (de análisis, búsqueda de información, intercambio de datos y formación) y barreras legales.

Louis Freeh ha afirmado esta tarde ante la comisión que el proceso de investigación y persecución de los presuntos terroristas no fue la solución ideal, pero sí la mejor sin una declaración de guerra contra Al Qaeda, según informa la CNN. "Una orden de arresto contra Bin Laden en Nueva York no iba a frenarle", ha señalado Freeh. En cierto modo, el ex director del FBI ha pasado la patata caliente a la Casa Blanca: "Sin invadir Afganistán, sin misiles Predator contra nuestros enemigos, sin todo lo que se hizo bien tras el 11-S, cuando EE UU declaró la guerra a Al Qaeda, teníamos sólo alternativas, que era mejor que no tenerlas". El ex director ha reconocido que el FBI tenía "deficiencias" en sus capacidades de análisis antes del 11-S, por falta de personal (sobre todo lingüistas).