El miedo al agua envenenada se extiende por Italia

En los últimos días, decenas de italianos han sido envenenados a través de los botellines de agua mineral. El último caso se ha registrado en Lecco, al norte del país, donde una estudiante ha sido hospitalizada con fuertes dolores en el estómago tras beber agua de una botella extraída de una máquina dispensadora.

El domingo pasado, más de 20 personas notaron sustancias extrañas en las botellas de agua compradas en el supermercado. En muchos de los casos denunciados, el tapón de plástico del envase tenía un agujero a través del cual se introdujo una sustancia tóxica.

Los casos de envenenamiento comenzaron en el noreste del país, por lo que en un principio la investigación se centró en la posibilidad de que una sola personas se dedicara a manipular el contenido de las botellas. Sin embargo, ahora el problema se ha extendido por toda Italia, lo que hace pensar a la policía que hay una organización más compleja tras la manipulación de las botellas de agua antes de que lleguen a las tiendas.

Entre las primeras hipótesis utilizadas por los investigadores se encuentra la posibilidad de que tras los envenenamientos se esconda un grupo anarquista que en agosto anunció actos de este tipo contra las empresas que "manipulan la venta del agua", pero nadie ha reivindicado los hechos.

Los medios de comunicación italianos aconsejan a los ciudadanos asegurarse de que las botellas de agua que compran no tienen agujeros. En todos los casos de envenenamiento que han requerido hospitalización, un total de 11, las botellas habían sido perforadas con una jeringuilla para introducir en el agua varias sustancias tóxicas como jabón líquido, lejía o amoníaco.