La extrema derecha suiza pide más poder tras convertirse en la fuerza más votada
La UDC obtiene 11 escaños más que en los anteriores comicios a costa de los partidos liberales
Con un discurso nacionalista y xenófobo y promesas contradictorias a los empresarios y agricultores, el líder derechista Christoph Blocher ha pulverizado el centro-derecha en Suiza y convertido a la Unión Democrática del Centro (UDC), en la primera fuerza política del país. Ahora, reclama un segundo representante en el Gobierno, lo que podría destruir la clásica estabilidad en la política helvética.
La UDC ha obtenido 11 escaños más que en el anterior escrutinio una vez efectuado el recuento de papeletas en todos los cantones. En total ha conseguido el 27,7% de los votos, lo que le dará 55 escaños.
El Partido Socialista ha logrado dos escaños más que los anteriores comicios y contará con 53 representantes en la cámara baja, mientras que los Verdes ha aumentado en cuatro sus asientos, haciéndose con un total de 13 escaños parlamentarios.
Los grandes perdedores han sido los partidos de derecha clásica. La UDC ha vencido a costa del partido Demócrata Cristiano (PDC) y el Radical Democrático (PRD), que han perdido siete representantes cada uno para quedarse con 28 y 36 escaños respectivamente.
Cambiar la composición del Gobierno
Los resultados permitirán a la UDC, un partido fuertemente implantado en Zúrich y que en estos comicios ha visto aumentada su influencia en la zona francófona, reclamar un segundo miembro en el Gobierno Federal el próximo diciembre, cuando el Parlamento vote el nuevo gabinete. Actualmente sólo tienen un representante, que ostenta la cartera de Defensa. El cambio supondrá romper una fórmula que funciona desde 1959.
La famosa "fórmula mágica" ha sido la garante hasta ahora de la estabilidad política de este país. Cada partido mayoritario (radicales, democristianos y socialistas) tenía dos miembros en el Gobierno, y la UDC uno (que ostentaba la cartera de Defensa). Nada más conocerse los sondeos a pie de urna la UDC ha reclamado un segundo puesto en el gobierno, que desplazaría a uno de los dos democristianos.
El nuevo miembro del Gobierno debe ser Blocher, imposición que rechazaron anoche mismo los representantes de los otros partidos por considerar su discurso peligrosamente radical y xenófobo.
"¿Se ha vuelto Suiza ingobernable?", se preguntan hoy algunos diarios de este país. Lo único cierto es que el resultado de las elecciones marca una polarización creciente entre la derecha nacionalista, por un lado, y los socialistas y verdes, por otro, en perjuicio del centro, y que los suizos han expresado una voluntad profunda de cambio.
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