Los campesinos dan una tregua de tres meses al presidente de Bolivia

La llegada al poder del nuevo presidente de Bolivia, Carlos Mesa, parece haber serenado los ánimos en la población y en los sectores económicos y sociales que tumbaron a su antecesor, Gonzalo Sánchez de Lozada, con una revuelta de más de un mes que se ha cobrado la vida de decenas de personas. Tras presentar anoche a su ejecutivo, en el que no hay representantes de los partidos políticos, el último gremio que permanecía en huelga, el campesino, ha dado al nuevo mandatario una tregua de 90 días para negociar sus reivindicaciones.

Los campesinos, agrupados en la Confederación Sindical Unica de Trabajadores Campesinos (CSUTCB), permanecía concentrado en una plaza de la capital oficiosa del país, La Paz, en demanda de mejoras. Hoy, el presidente, tras acudir a un acto religioso por el 455 aniversario de la ciudad, se ha reunido con los campesinos, que le han dado luz verde, al menos durante tres meses, para acometer su programa de reformas. "Estamos dando una tregua de 90 días al Gobierno para ver que pasa en esos 90 días", ha señalado el ejecutivo de la Federación de Campesinos de La Paz, Rufo Calle.

Los campesinos del altiplano han decidido en asamblea dar un tiempo al nuevo presidente tras protagonizar una multitudinaria marcha desde El Alto, localidad aledaña a La Paz, hasta el centro de la capital administrativa. Los campesinos demandan, entre otras cosas, la realización de un juicio de responsabilidad contra el anterior mandatario, Gonzalo Sánchez de Lozada, huido a Estados Unidos. Además, pretenden la derogación del decreto que instauró el modelo de libre mercado en 1985.

Sin partidos

Mesa presentó anoche a su nuevo gabinete de ministros, integrado por independientes y técnicos y del que, por primera vez en la historia de este país, no forman parte representantes de partidos políticos. En un acto celebrado en el Palacio de Gobierno ante el cuerpo diplomático y algunos de los miembros del ejecutivo saliente de Gonzalo Sánchez de Lozada, el nuevo presidente designó a los ministros que le acompañarán en el Gobierno.

En el discurso con el que tomó juramento el nuevo gabinete, el mandatario se comprometió a establecer "una lucha frontal contra la corrupción" y hacer que Bolivia disponga de una "administración eficaz" que trabaje con "absoluta transparencia". Mesa designó a 14 nuevos ministros, dos de ellos sin cartera, y también a una delegada presidencial que se encargará de la lucha anticorrupción. Sin embargo, dejó pendiente el nombramiento del ministro de Minería e Hidrocarburos, cartera crucial que tendrá a su cargo las delicadas tareas relacionadas con la definición de una nueva política de gas y la renegociación de los contratos de explotación de hidrocarburos con las empresas multinacionales. El nuevo gabinete contará, además, con los dos nuevos ministerios de Asuntos Indígenas y Pueblos Originarios y el de Participación Popular.