El Dalai Lama inicia su quinta visita a España sin ser recibido por ninguna autoridad

El XIV Dalai Lama Tenzin Gyatso, líder espiritual del budismo tibetano y Premio Nobel de la Paz de 1989, ha iniciado esta mañana una visita de dos días a España, durante la que se le entregará el Premio Internacional Jaime Brunet pro Derechos Humanos, pero que no incluirá ninguna reunión con representantes gubernamentales, que se niegan a concederle audiencia, según ha informado el Comité de Apoyo al Tíbet (CAT). El Dalai Lama, que llegó ayer el aeropuerto de Barajas en un vuelo regular procedente de Fráncfort, tampoco se entrevistará con el líder de la oposición, José Luis Rodríguez Zapatero, pero sí con otros parlamentarios y políticos.

Responsables de esta organización tibetana han considerado "lamentables" las negativas recibidas por parte de la Casa Real, del Gobierno y de la Alcaldía de Madrid a las solicitudes de audiencia. Según estos responsables, todos han alegado problemas de agenda. Aunque el comité no ha querido especular sobre las razones de esta afrenta, el PSOE ha definido "el silencio oficial" contra uno de más importantes opositores al régimen chino como el resultado de las presiones ejercidas por este país, que ocupa el Tíbet desde 1959. La ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, viajó en julio a China en una visita con fuertes intereses comerciales.

En este sentido, la Embajada China ha calificado de "correcta" la decisión del Gobierno de no recibir al Dalai Lama porque su visita no es exclusivamente "religiosa o cultural", sino que tiene un objetivo "político". En un comunicado, la embajada afirma que el Gobierno chino "aprecia" la postura española. Durante su reciente visita a Estados Unidos, el Dalai Lama, que vive en el exilio desde 1959, fue recibido por el presidente, George W. Bush, y el secretario de Estado, Colin Powell, que afirmó su voluntad de defender los Derechos Humanos en el Tibet, ocupado por China desde 1951.

La agenda del Dalai Lama

El primer público del Dalai Lama ha sido una conferencia, La ética secular, que ha pronunciado esta mañana en el Club Siglo XXI y que ha sido presentada por el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón. En su discurso, el Dalai Lama ha defendido la convivencia y respeto de las distintas religiones o creencias, pero ha rechazado la posibilidad de una fusión porque "la religión es una medicina para las enfermedades del alma y si las mezclamos todas pueden convertirse en un veneno". En el turno de preguntas, ha asegurado que admira "la energía" de Juan Pablo II, con quien ha mantenido "relaciones muy estrechas" y opiniones "muy parecidas" sobre la espiritualidad. El Dalai ha eludido responder a cuestiones políticas y, cuando le han interrogado por las presiones de China, ha dicho: "Parece que ya lo saben, yo no tengo que contestar".

Ya por la tarde, se dirigirá a la sede de la Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior (FRIDE) para participar en un coloquio sobre la paz mundial. La visita concluirá el jueves, día que en celebrará un encuentro con parlamentarios y políticos en la sede del Parlamento Europeo en Madrid. Posteriormente, recibirá el Premio Jaime Brunet por su defensa de los Derechos Humanos y su "aportación a la no violencia en un contexto histórico de trastorno social y político mundial". Está previsto que asista al acto, entre otros, el vicepresidente primero y ministro de Economía, Rodrigo Rato. Este galardón, dotado con 36.000 euros, fue concedido el año pasado a Amnistía Internacional (AI).

Por la noche, el Dalai Lama se despedirá de Madrid con un discurso público, bajo el lema Responsabilidad Universal, en el Auditorio Príncipe Felipe antes de partir el día 10 hacia París, donde el Nobel de la Paz de 1989 será recibido en la Asamblea nacional por su presidente, Jean-Louis Debré. Ayer, el lama Keutsang Rinpoche celebró en Madrid, junto al estanque del templo de Debod, una ceremonia de purificación para preparar la visita del Dalai Lama. "Con ella expulsamos a los malos espíritus y devolvemos la armonía al lugar", afirmó.